La Tierra gira alrededor del Sol en 365 días.
El anterior enunciado no es del todo cierto, nuestro planeta
realiza tal movimiento en 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45 segundos.
Algunos calendarios (como el nuestro) han sido elaborados
siguiendo la posición del Sol, estos siempre se han encontrado con el problema
de las 5 horas 48 minutos y 45 segundos que lo vuelve obsoleto cada cierto
tiempo, este desfase es el resultado de la órbita terrestre, la cual –como
señalé anteriormente- no es ni por cerca una cantidad entera, las fracciones se
van acumulando durante el tiempo, hasta que llega un momento en donde el
calendario comienza a tener problemas porque sus meses no coinciden con las
estaciones.
Las sociedades agrícolas necesitan a fuerza un calendario
que les recuerde cuando llega el período de lluvia, también ahora es necesario
saber que generalmente los últimos y los primeros meses del año son fríos y se
necesitan de abrigos, al menos en el hemisferio norte porque en el sur es todo
lo contrario.
En los tiempos de la Roma antigua, el emperador Cayo Julio
Cesar Augusto reformó el antiguo calendario romano, que seguía las posiciones
de la Luna, y lo cambió por uno que siguiera las posiciones del Sol; dicho
calendario fue bautizado bajo el nombre de su mentor: calendario Juliano.
Tristemente dicho calendario contenía un error que corría un día cada 128 años.
A pesar que los romanos ya sabían del desfase anual de 6
horas y 9 minutos, trataron de incorporar una solución agregándole un día extra
al mes de febrero. En ese tiempo, febrero tenía 25 días, cada cuatro años le
agregarían un día número 26, por ello el nombre del año bisiesto, que viene de
“Dies bis sextus calendas martias” nombre que ha sobrevivido hasta nuestros
días.
La compensación romana dejó de lado algunas restricciones
matemáticas que terminaron afectando al calendario, así que para 1580 los meses
no correspondían con las estaciones, y el papa Gregorio XIII se topó con ese
problema cuando trató de oficializar algunas festividades cristianas y notó que
la pascua se había desfasado del calendario por varios días.
Fue así que contrató a Luigi Ghiraldi y Christopher Clavius,
dos académicos de renombre, quienes luego de un estudio meticuloso,
recomendaron al papa una solución basada en una ingeniosa trampa matemática,
que consistía en lo siguiente:
Pero ahí no acabó la corrección, se sugirió que por decreto,
para regresar a la “normalidad” el papa decretara borrar de la historia diez
días de una vez, fue así que el 4 de octubre de 1582 fue seguido por el 15 de
octubre de 1582.
Desde entonces hemos seguido corrigiendo cada cuatro años,
el método de Ghiraldi y Clavius no es del todo infalible, todavía hay un
problema de 0,0003 días que sobran cada año. Ese sobrante más el freno
gravitacional natural que la Tierra sufre producto de la Luna y el Sol,
posiblemente dentro de 3,500 años, si seguimos usando este calendario,
tendremos que sumar un día extra y compensar el desfase.
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Aquí mi video sobre
el año bisiesto 2020.