Monday, September 14, 2020

Esta es la patria y no pedacitos imaginados de ella.


 Los países no existen más allá de nuestra imaginación y particular organización humana. La patria y la nación es un invento, la única patria posible es el planeta entero y la única nación posible es la humanidad. 




Sunday, September 6, 2020

Cobra Kai


Bajáte de ahí, Karate Kid, que te vas a matar.”

                                                                                                       Mi mamá, en algún momento de los 80's mientras yo, subido en un poste, pretendía lanzar una patada como Daniel LaRusso 



En una extraña maratón de poco menos de tres días he terminado la serie Cobra Kai, la cual está disponible en el servicio streaming de Netflix (2020). El show ya tiene algunos años de haber sido producida y presentada inicialmente en el servicio de pago YouTube, pero como ustedes saben las producciones originales de YouTube han sido un fracaso; y con razón, quien le da valor a YouTube son los mismos youtubers que producen contenido. Así que era un poco absurdo que la plataforma lanzara productos que compitieran con el alma de YouTube, quien pretendió convertir a YouTube en una competencia a Netflix o Hulu fracasó con todo éxito.

Sabiendo se liberaron muchas series que estaban en el servicio pago de YouTube, los productores de los programas comenzaron a buscar un lugar donde colocarse y así fue que Cobra Kai terminó llegando a Netflix. No me enteré que estaba disponible hasta que alguien recomendó la serie en Twitter, le fui a dar un vistazo y me enganchó desde el primer momento. 

Como ya deben de saber la serie es una continuación de las películas The Karate Kid de los 80’s, unas películas que son un ícono de esa época. The Karate Kid no son profundas producciones dignas de un Criterion Collection, pero tienen un gran valor dentro de la cultura Pop, una manifestación cultural muy propia de nuestro tiempo y que aparte de todo, la envuelve de una enorme nostalgia.

Pues como les decía me tiré la serie en poco menos de tres días, y es muy buena la verdad, tiene sus cosas absurdas y un poco de humor estúpido, que a veces hace pensar que uno está viendo una comedia adolescente de milenios, pero como entremezclan la nostalgia ochentera, los que somos Generación X nos conquista de inmediato.

Pero lo que más me gustó de todo son los personajes, los cuales no son malos, ni buenos ¡vaya! diría que todos son buenos, caen bien, que uno puede entender sus problemas pero que son las situaciones adversas las que los ponen en sentido contrario y los hacen estrellarse. 

La estructura de los caracteres está siempre distribuida entre Daniel LaRusso (Ralph Macchio) y su contraparte Johnny Lawrence (William Zabka), estos antagonistas comienzan una dinámica un tanto absurda y anacrónica, de un pleito de adolescentes que lleva casi 35 años y que nunca se solucionó. Así que de pronto todo ese resentimiento de Lawrence contra LaRusso, que lo trae a flor de piel durante décadas, emerge y explota. La cuestión es que uno de público comienza a comprender y empatizar con “el malo”, así que después de un par de episodios uno no solo entiende a Johnny, sino que se convierte en “el bueno”. 

Pero tampoco LaRusso es malo, sigue siendo bueno, de hecho, el personaje que siempre fue algo “annoying” lo sigue siendo, solo que ya es un adulto y está en otras situaciones; sí, Johnny y Daniel son antagónicos en cuanto a la praxis, pero ninguno de ellos tiene esa característica de maldad y bondad que es tan propia de este tipo de producciones culturales.  

Luego están los muchachos que aparecen haciendo tensión en la oposición entre Johnny-LaRusso, estos pobres son arrastrados por dinámicas que ocurrieron décadas antes de nacer, cuestiones que no comprenden pero que están ahí, invisibles o escondidas en la discreción de la vida. Para ellos la pelea de 1984 es apenas un dato, pero de pronto ese dato comienza a pasarles factura, a ellos que son ajenos e inocentes de lo ocurrido. Pero bueno, así es la vida, cargamos con los pesares y errores de nuestros antepasados.

 Además, los problemas estructurales de los 80’s siguen siendo actuales -por eso son estructurales- siempre hay un grupito de patanes que persiguen a los débiles, quienes después les toca vengarse de los ataques en una especie del turno del ofendido.

Cobra Kai se va retorciendo en una dinámica muy propia y muy interesante, todos caen bien y de pronto uno se encuentra viéndolos pelear -porque es obvio que es una serie de entretenimiento de karate- pero los personajes de las luchas son nobles y buenos, uno les comprende su situación y entiende que el único problema es que las circunstancias los han puesto en situaciones contrarias. 

Quítele a Cobra Kai su nostalgia en la música, las actitudes ochenteras de Johnny-LaRusso, las peleas de karate, la acción y el humor, lo que queda y que es muy valioso a  mi parecer, es que la moralidad de sus personajes van más allá del blancos y negros, todos son grises. 

Sunday, July 19, 2020

For All Mankind




He visto con mucho agrado la serie streaming “For All Mankind” que se encuentra e Apple TV+, no había contratado ese servicio porque sentía que no valía la pena pagar $5 mensuales por un streaming que ofrece pocas películas o un par de series que no me llamaban la atención, pero recibí una prueba gratis de una semana y así fue que llegué a “For All Mankind”.

Es una serie de ciencia ficción con el tema de la historia alterna, aquel recurso que fundó el genial Philip Dick con su novela “The Man in the High Castle”, pero en este caso ambientada en 1969 y los primeros años de la década de los setentas. ¿Qué hubiera pasado si la Unión Soviética hubiera llegado antes a la Luna? Pues de eso se trata la serie. Según el guión, los Estados Unidos impulsarían mucho más la carrera espacial y desarrollarían también sus propias misiones, que luego tendrían que acelerar más cuando descubren que los soviéticos también piensan colocar una estación permanente en la Luna. 

Creo que la historia del siglo XX pudo irse de ese lado si los soviéticos hubieran seguido intentando ir a la Luna y sobrepasar a los Estados Unidos de alguna forma. De haber ocurrido sería posible que al día de hoy estuviéramos en Marte porque la carrera espacial se hubiera mantenido a niveles inimaginables o hasta que la economía soviética colapsara en los noventas, como de hecho ocurrió. Pero si imaginamos que la innovación y el desarrollo hubiera podido mantenerse y la URSS sobrevivir con su proyecto socioeconómico, entonces quizás no hubiera ocurrido ese hiato de casi 35 años que nos metieron los transbordadores espaciales, con los cuales “íbamos temerariamente donde siempre hemos ido antes”, es decir, en la órbita baja terrestre.

La serie está bien realizada, bien actuada y filmada, buenos efectos y si ustedes son fanáticos (como yo) del proyecto Apolo pues les va a encantar. Van a ver episodios de una hora con astronautas, cápsulas y módulos lunares del Apolo metiéndose en problemas, conectándose a nuevos aparatos y desarrollando una tecnología que bien pudo ocurrir, pero que lamentablemente no pasó.



La serie supone que el desarrollo tecnológico de cierta forma impulsa a cambios sociales, es una idea interesante que me gusta creer pero se que no es del todo cierta. Una sociedad puede gozar de una gran tecnología pero ser muy conservadora. Ejemplo: Japón, donde hay mucha tecnología y avances en innovación pero que lamentablemente sufre de un conservadurismo que los pone en desventaja. 

¿Podría el programa Apolo haber dado espacios para que la mujer hubiera comenzado a ganar protagonismo en la vida pública y ser el catalizador para una cuarta ola del feminismo en los setentas? Pudo ser y es una idea que se presenta en el show y me parece muy seductora considerarla. Se que suena anacronismo pero pudo ser que mujeres astronautas en la Luna en 1970 hubieran hecho que estas ganaran espacios y representación en puestos importantes antes de los noventa. Veamos que los soviéticos pusieron a Valentina Tereshkova y Svetlana Savítskaya muchos años antes que Sally Ride en el espacio, así que si Estados Unidos hubiera ido por ese lado, de ponerse a la par de los soviéticos en cuanto al género,  se habría adelantado mucho en cuanto a la inclusión femenina al mundo profesional y académico. 

Por cierto y es curioso, pero Valentina y Svetlana hoy son políticas y representan a una línea conservadora que se habría opuesto a su participación en la exploración del espacio exterior.

Lo que no me gustó es que a veces la serie se siente forzada en ese sentido, de pronto vemos que el guión pretende irse hacia el lado que popularmente llaman “progre”, que es un término despectivo cuando hay una pretensión de ser progresista o tener una claridad en lo que respecta a la justicia social sin serlo, solo para que digan que están de lado correcto de la historia. Eso se nota en partes del guión donde pareciera que le dijeron a los escritores que incorporaran algo que se siente forzado, pero como el show es extraordinario pues se disculpa. Aparte que los personajes femeninos son muy buenos, sobre todo Molly Cobb (Sonya Walger) y Ellen Waverly (Jodi Balfour) que me han parecido de lo mejor. Me gusta un personaje que están desarrollando que es una niña mexicana migrante que yo se que hará grandes cosas, estoy siguiendo ese personaje porque siento que representa mucho a quienes nos hemos venido a vivir a Estados Unidos, y aunque desde ya se que va a pasar con ella quiero ver como lo solucionan. 

El episodio tres es un poco aburrido, se basan más en relaciones un tanto novelesco que una serie de ciencia ficción, pero luego de ese particular episodio todo agarra ritmo y el show se pone bueno. La escena del  final de temporada, un poco después de los créditos (así como los Avengers) es simplemente espectacular, acompañada con una de las canciones de mi top 3 de mis favoritas de todos los tiempos "Everybody Wants to Rule the World" de Tears for Fears. 

Les recomiendo la serie. 


Tuesday, June 16, 2020

Lo que se encontraron los primeros humanos en América



Como sabemos los seres humanos no somos originarios del continente americano, nuestra especie llegó a América desde Asia. La tradición científica del poblamiento de América indica que venimos al continente desde Asia, atravesamos un puente natural que se había formado entre los territorios que hoy son Alaska y el este de Rusia, un sitio que no existe hoy en día pero que hemos apodado como Beringia, ubicado donde hoy se encuentra el estrecho de Bering. 

¿Cómo se formó Beringia? fue el resultado del último período glacial, hace un poco más de 10,000 años, durante esa glaciación enormes glaciales cubrieron Norteamérica, cambió el clima del mundo (el planeta se hizo un poco más seco) y el nivel de los océanos bajó, de ahí que dio pie para que se formara ese puente natural que aprovecharon los primeros americanos.

¿Qué pensaron los primeros humanos cuando se internaron en el continente? A veces cuando voy a un bosque pienso que esa gente se encontró en esos antiguos y vírgenes bosques llenos de árboles gigantes, con troncos que nunca habían sufrido el corte de hacha o un incendio intencionalmente provocado (*). Me los imagino asombrados ante animales nunca vistos, maravillados con las gigantescas manadas de búfalos que corrían de un lado a otro en esas infinitas praderas que se extendía en las planicies de Norte América. Me los imagino escuchando el canto de pájaros misteriosos que volaban de rama en rama, de bejuco a bejuco en las selvas vírgenes de Centro y Sur América. 



Asumo todo eso porque no tengo idea de cuáles pudieron ser las apreciaciones de una persona de hace 10 mil años, si apenas puedo entender y aceptar la forma en que la generación de mi abuela tenía sobre la naturaleza, no digamos de humanos de hace 10 mil años. La generación de mi abuela, bisabuela, tatarabuela veían a la naturaleza como un recurso de explotación más que de conservación. La sensibilidad actual sobre la naturaleza tuvo su origen en una fotografía de la Tierra que tomó la misión lunar Apolo 8 y que impresionó tanto en la sociedad de entonces que fundó los primeros movimientos de conservación de la naturaleza. 

Asimismo el descubrimiento científico de la naturaleza va a tener su impulso con la revolución científica fundada por Galileo hace un poco más de 400 años, eso no significa que en la antigüedad no hubiera existido investigadores interesados en como funcionaba la naturaleza, claro que lo hubo, pero a partir de 1609 se comenzará a usar otra aproximación hacia los fenómenos naturales, y luego por supuesto aparecerá Darwin que nos explicó cómo funciona la naturaleza a partir de la evolución de las especies. Así es obvio que al menos el enfoque científico de la naturaleza no estuvo dentro del equipaje intelectual que los primeros americanos tuvieron. 

Pero como la imaginación es un ejercicio gratificante y que no cuesta nada, a veces me imagino ser ellos y encontrarme en un bosque de secuoyas, ver hacia arriba y quedarme perplejo al ver un techo de hojas a decenas de metros sobre mi cabeza y yo como un pequeño animalito moviéndome entre esos gigantes.

Solo puedo especular, pero debió ser impresionante. 


(*) Muchos incendios forestales son provocados por caída de rayos. 

Friday, June 5, 2020

No puedo respirar...





George Floyd es un hombre negro de 46 años que está en el suelo, se encuentra boca abajo y ruega por su vida, apenas logra quejarse que no puede respirar y de hecho no puede porque se lo impidió la rodilla izquierda del oficial de policía Derek Chauvin, quien ha dejado caer todo su peso en el cuello de Floyd. A Chauvin le ayudan otros dos oficiales que le sujetan los brazos y las piernas a Floyd, así que el hombre está inmovilizado y no tiene ninguna otra opción más que suplicar por un poco de aire.

La gente que transita por la Chicago Avenue y la East 38th Street de Minneapolis, el escenario del hecho en cuestión,  también se dan cuenta que Floyd está en peligro, así que comienzan a reclamarle a Chauvin; pero otro policía, Tou Thao, se planta en medio y les impide actuar. Los aparta, los intimida y  los mantiene a cierta distancia, la gente obedece pero siguen reclamando y algunos utilizan la única arma que poseen: documentan el hecho grabando un video con sus teléfonos celulares. 

Mostrando un total desprecio por la vida, Derek Chavuin seguirá clavando su rodilla sobre el cuello de George Floyd hasta matarlo, así que cuando los paramédicos llegan a levantar el cuerpo habrán pasado ocho minutos y cuarenta y seis  segundos. En ningún momento de todos esos minutos y segundos el policía consideró a bien quitar su rodilla del cuello del detenido, sea porque no lo pensó, o porque no le importó o porque estaba poseído por una sádica furia que los policías blancos parecen activar cuando actúan contra las minorías; sí, olvidé mencionarles que Chauvin es blanco, aunque para estas alturas ya lo saben puesto que esta tragedia ha superado en indignación pública a todos los demás casos donde cuerpos policíacos estadounidenses actúan de forma violenta. 

La gente que grabó el video de la muerte de Floyd, aquellos que Tou Thao estúpidamente pretendió mantener lejos, compartieron el video en redes sociales y en pocas horas millones de personas en todo el mundo observaron como un George Floyd era asesinado por Derek Chauvin. Fue asesinado al ser arrestado, y ni siquiera por oponerse al arresto, porque las filmaciones que han comenzado a hacerse públicas solo presentan a Floyd que se cae cuando los oficiales pretenden meterlo dentro de la patrulla; capturado por cierto, porque presuntamente estuvo involucrado en el uso de un billete falso de $20.

Las imágenes son espantosas, sobre todo cuando uno pertenece a una minoría en este país donde tener un acento diferente o un color de piel un tanto más oscura del que tenían los padres fundadores ya es visto con sospecha. Si uno hace un ejercicio mental y se coloca en la misma situación que tuvo Floyd solo hay horror al imaginarse sentir la presión de una rodilla en la garganta, luego imaginarse el pánico que uno debe sentir cuando se va escapando la vida, que hace menos de cinco minutos estaba en mi automóvil, tranquilo, pensando en mis cosas y mis planes para la noche, quizás comer una deliciosa pizza o  ver aquella serie que tengo pendiente en Netflix y ahora aquí estoy muriendo, se me va oscureciendo todo y las voces de la gente que piden por mi se hacen cada vez más distantes. Que la tarde de inicios de verano pintaba bien, hasta hermosa se veía y ahora aquí estoy agonizando porque de pronto aparecieron estos policías reclamándome por un billete falso que yo ni se, y sin mediar palabra me han bajado de mi camioneta, para colocarme unas las esposas en mis muñecas y me llevaron a empujones hasta donde he caído y donde estos desquiciados con placa me están matando. 

Y se me va la vida, así que ya no me queda más remedio que invocar a mi mamá ya fallecida.
Momma! I’m through”.

¿Qué demonios le pasó a Derek Chauvin por la cabeza que no reaccionó a los reclamos de Floyd? Cualquiera en sus cabales sabe que colocar la rodilla en la garganta a otra persona trae consigo la asfixia y por ende la muerte. Las respuestas a la pregunta podrían ser variadas, una es que Chavuin hizo un mal procedimiento al arrestarlo y que a pesar que tuvo minutos para reaccionar no lo hizo, pero la respuesta del mal procedimiento queda descartada porque tuvo tiempo para considerar que actuaba mal y en lugar de acomodar su rodilla aprisionó más el cuello de Floyd y se le ve en los videos comprobando que la condición de Floyd sin importarle un comino. Quizás Chauvin es posiblemente psicópata a quien no le importan las demás personas y tiene un total desprecio cuando actúa contra grupos que el considera objetivo para enfocar su poder, odio y brutalidad. 

La brutalidad policial es un hecho cotidiano en Estados Unidos y es sobre todo ejercida contra afroamericanos y particularmente contra hombres negros. Así que hay toda una larga historia detrás de Chauvin que le dan fundamento a la acción que lo llevó a asfixiar a un hombre negro, es fundamento que no solo pasa por el ejercicio del poder sino visiones de desprecio a otros grupos por el color de la piel, dicho en otras palabras, racismo puro y duro.

Eso explica porque el objetivo de los policías parece ensañarse particularmente contra hombres negros. 

Pero como es de esperar, siempre hay voces de discordia que piensan que la brutalidad policial contra los negros es un mito y que las actitudes y los reclamos de estas comunidades son puros cuentos. Una de las más célebres personajes es Heather Mac Donald quien piensa que no existe tal cosa como un policía racista o que la brutalidad policial en los Estados Unidos son casos especiales. Ella se presenta como pro policía y está a favor que las instituciones de seguridad actúen a partir de un perfil particular; es decir, si me ven hablando español por ahí que me pidan la prueba de mi ciudadanía o la residencia, si ven a un negro condiciendo un automóvil está bien que lo registren minuciosamente, o que los policías actúen al menor movimiento del investigado, es decir que lo dejen como un colador al soltarle toda las municiones de sus armas por el solo hecho de rascarse la nariz cuando le están cuestionando algo.
A este punto no me tomaré la molestia en señalar el color de piel y la clase social a la cual pertenece Heather Mac Donald, es casi una obviedad. 

Pero regresemos a los videos de las personas a las cuales mantenía a raya Tou Thao. Estos grabaciones se viralizaron en redes sociales e hicieron explotar el polvorín que se ha ido gestando todos estos años en los Estados Unidos y que parece que nada cambia a pesar de tantos muertos, heridos o golpeados por policías. Los políticos se asustaron porque nunca antes en toda la historia de este país las cosas se pusieron tan serias puesto que de las manifestaciones que comenzaron en algunos casos se degeneraron en pillaje y saqueo. 


En Minneapolis la gente rodeó el tercer precinto de policía y la quemó, también se enfrentó contra la policía y la Guardia Nacional, las mismas situaciones comenzaron a replicarse en casi todas las ciudades de Estados Unidos. En Washington DC una furiosa multitud rodeó la Casa Blanca a tal punto que tuvieron que tomar medidas de emergencia, apagar las luces que iluminan al edificio y al parecer llevaron a Trump a un refugio subterráneo. 

En New York  hubo manifestaciones que terminaron en trifulcas masivas, saqueos y destrucción de muchísimos comercios del Midtown, Downtown y el Bronx. La explosión social ha llegado a tal extremo que el alcalde Bill de Blasio ha instaurado un toque de queda en Manhattan desde las 8pm a las 5am. 

Pero la gente se opuso y el mismo día que comenzó el toque de queda salieron a protestar multitudes y marchar en las calles para dejar claro que la muerte de George Floyd es el colmo de los colmos, salieron todavía con el peligro de contagiarse por el coronavirus que está a punto de mermar.  Esa noche mientras veía las noticias sobre lo que ocurría en diferentes lugares de la ciudad escuché un griterío en la calle, me asomé por la ventana, luego bajé a la puerta del edificio y vi de lejos que iba una manifestación caminando en la calle del otro lado del parquecito que tengo enfrente. Gritaban algo que no comprendí, pero seguro eran  consignas que repetían una y otra vez, detrás iban varias patrullas de la NYPD con luces encendidas dispuestas a actuar en cualquier momento. En ese momento noté que todos los vecinos de los apartamentos contiguos a mi edificio se asomaron por las ventanas con aquella misma curiosidad que me hizo salir a ver, también varios de mis vecinos me acompañaron a la calle, familias diversas, blancas, negras, latinas…

 Y ahí comenzaron a gritar desde las ventanas: Black Lives Matter!


Intersección de Chicago Avenue y E.  38th Street el 30 de mayo 2020. Floyd fue asesinado a la izquierda de Cup Foods. Imagen por Fibonacci Blue, Creative Commons Attribution 2.0 Generic license.

Friday, May 29, 2020

Napoleón y Josefina



Hace algunos días, mientras cientos de personas morían en la ciudad por causa del coronavirus, me paré a observar desde la ventana de mi apartamento el tierno follaje que había brotado en los árboles del parquecito de enfrente. 

Lo miraba mientras pensaba en Napoleón Bonaparte y su deprimente y último cautiverio en la isla de Santa Elena, en esa casucha húmeda en la cual terminó sus gloriosos días, fallecido ya sea por una pulmonía mal cuidada, o por una depresión severa o quizás envenenado por algún súbdito, como sospechan algunos historiadores. 

Entiéndase, querido lector, que pensaba en Bonaparte no porque yo fuera un pelmazo insensible del destino de mis conciudadanos, sino que uno tiene que hacer tripas corazón y buscar alguna forma de disociarse de la realidad. Vea que soy un verdadero profesional en temas que me sacan de la realidad, no en vano soy astrónomo aficionado desde los 90 y un profesor muy dedicado en la historia antigua mesoamericana, que son temas que o bien me colocan a millones de años luz de la Tierra o en tiempos remotísimos, lejos de la desgracia actual. Debo de aclararlo porque en estos tiempos del postureo no vaya a ser que la Policía de lo correcto me acuse de insensible, de pobre ser humano, sociópata y qué se yo qué más.

Uno nunca sabe.

Pues bien, les decía que estaba mirando a través de la ventana de mi apartamento el follaje que había brotado en las ramas de los árboles del parquecito de enfrente, mientras pensaba en Napoleón Bonaparte y su destino en Santa Elena, una pequeña isla con un clima de mierda en medio del Atlántico. Ahí fue despachado y puesto en seguridad por los ingleses, junto con un grupo de fieles súbditos. Que la verdad, más de alguno no terminó siendo tan fiel porque cuando les dijeron que se iban desterrados a Santa Elena, uno de ellos trató de lanzarse por la borda del barco. Y ya me imagino la cara de Napoleón dándose cuenta que François (digamos que así se llamaba) se quería lanzar por la borda del barco y que prefería ahogarse que pasarse varios años atendiéndole en una isla en medio de la nada y sin paga. En la película de mi mente veo a Napoleón sentado como se supone que se sentaba, con las nalgas un poco en la orilla del sillón y la espalda recostada hacia atrás; sí, la misma postura que las mamás regañan cuando uno se sienta para holgazanear. 



Y claro, en la película mental Napoleón tendría que decir algo memorable, una cita hermosísima digna de los últimos minutos de la Obertura 1812, cuando suenan los once cañonazos de salva que se le ocurrió incluir a Tchaikovski en la partitura, y que uno de mis grandes amigos creía estúpidamente que se usaban cañones de verdad en el momento de la ejecución de la obra. Una idea tan divertida y descabellada, que cuando se lo comenté a mi padrastro, quien era un hombre maravilloso y un gigante intelectual, se echó a reír pensando en lo complicado que sería montar cañones reales en el Lincoln Center, muy aparte de la matazón que haría tal cosa entre el público asistente. 

De cualquier forma, si le dijeron a Napoleón que uno sus súbditos quería saltar, François habíamos dicho que se llamaba, no pasó a la historia cuál fue su reacción, o al menos yo no la sé. Quizás dijo algo entre dientes y solo vio por la ventana de su camarote cómo en el lejano horizonte desaparecía el contorno de su querida Francia. 

En el caso, por supuesto, que su camarote tuviera ventana. 

De cualquier forma, ese día, el día que moría mucha gente en New York por causa del coronavirus y que me distraía viendo como el follaje había crecido en los árboles de enfrente, me pareció que Santa Elena sería un destino ideal en estos momentos, incluso hasta me pareció agradable pese al supuesto clima mierdoso que dice la literatura. De hecho, en la siguiente pandemia o algún apocalipsis zombi que venga (ahora cualquier cosa es posible) ese lejano territorio insular de Reino Unido sería un gran destino. Consulté en Google y hasta ese momento no había ningún caso de coronavirus en la isla y quizás se mantenga así por buen rato. Y es curioso cómo el destino pone las cosas en su lugar, porque lo más interesante de la isla, aparte de su lejanía y seguridad a la pandemia, es la casa donde murió Bonaparte.


Se dice que Napoleón dijo antes de morir “France, l'armée, Joséphine…”, Francia, el ejército, Josefina… 
Se refería a Josefina de Beauharnais, su primera esposa. 

Más allá de si las últimas palabras fueron dichas o no, seguro que Napoleón pensó en Josefina hasta sus últimos días,  puesto que había sido una mujer que lo había traído de los pelos desde que comenzó a ascender dentro del ejército; y ella, que se decía tenía una gran experiencia en el arte del amor, había logrado explotar sexualmente al entonces general Bonaparte.

El hecho es que cuando Napoleón terminó por casarse con Josefina un poco antes de su importante, trascendental y desastrosa campaña en Egipto, de lo cual lo verdaderamente rescatable fue que fundó la egiptología moderna, ella apenas le mostraba interés. Según dicen, Josefina sentía verdadero repulsión por Napoleón,  quizás sus fachas, quizás su olor personal o lo idiota que era en sus conversaciones íntimas, lo cual deja en problemas la bellísima cita que según hubiera dicho en mi película mental cuando fue desterrado a Santa Elena. 



La cuestión es que Josefina le fue infiel a Napoleón mientras se enfrentaba a los mamelucos en Egipto. Mientras el heroico general ordenaba un ataque directo de la caballería y que dieran su vida para Francia, Josefina casi la perdía en un orgasmo colosal junto a su amante, Hippolyte Charles, quien fuera un fulano tan marginal que pasó a la historia solo por haber sido quien se montaba a Josefina en ausencia de Bonaparte. No tengo idea qué diría Charles al saber que en el siglo XXI, casi 200 años después de sus grandiosas corridas dentro y sobre de Josefina, lo primero que aparece al consultar su nombre en Wikipedia, la enciclopedia online global es “…who was best known for being Josephine Bonaparte's lover soon after her marriage to Napoleon Bonaparte.”

Josefina se había casado con Bonaparte porque sentía que necesitaba de alguien que le diera la seguridad económica que comenzaba a urgirle. Aparte, se estaba haciendo vieja y en ese entonces no se había inventado aquello que los cuarenta son los nuevos treintas, y que los cincuentas son los nuevos cuarentas y así hasta la muerte. Además, según leí por ahí, no tengo la cita a la mano y no quiero buscarla en este momento, se dice que se le habían comenzado a ennegrecer los dientes, cosa que era muy común en los tiempos previos a la Colgate, y de la cual hay que tener en cuenta cuando uno piensa en el pasado. Tengan en cuenta esto último para que vean que no todo tiempo pasado fue mejor y que aquellas películas que hemos visto tan extasiados como The Patriot, con Mel Gibson (una de mis favoritas), aparece Bejamin Martin, hombre del siglo XVII con una dentadura ordenada y blanca, muy propia de nuestros tiempos, cuando de verdad la gente sufría de perdidas dentales, caries y horribles dolores. 



Pero regresando al tema, hay que decir que Josefina terminó por amar a Napoleón, se cumplió aquello que dice que lo cotidiano se transforma en querencia. Sí, hay que decirlo, que a ella le costó y muchas veces se negó a ir a visitar a su esposo en diferentes lugares de Europa, se llegó al punto que tuvo que ser obligada por familiares y amigos a subirse a un carruaje y enfilarse a los brazos de un esposo, el cual le daba repugnancia. 

Pero bien, ya estando Josefina con Napoleón como que las cosas se iban poniendo en su lugar y ella al parecer hacía de las suyas en el arte de los cuerpos sudorosos en las camas revueltas, puesto que el general siempre terminaba por perdonarla. Y de eso se lee en las cartas que se enviaban y que han sobrevivido el paso de los siglos. Aquí un extracto de una carta enviada a Josefina con fecha de 15 de junio de 1796: 

Mil besos en los ojos, en los labios, en la lengua, en tu [ilegible].
Adorable mujer, ¿cuál es tu ascendiente? Estoy muy enfermo de tu enfermedad. Aún tengo una fiebre que me quema… ¿Recuerdas aquel sueño en el que te quitaba los zapatos y la ropa y te hacía entrar entera en mi corazón?”

A este punto creo que todos estamos claros qué parte del cuerpo de Josefina es lo ilegible, si le falló la mano a Napoleón al recordar como sus labios recorrieron esa zona que evidentemente era erógena o alguien mucho tiempo después que las cartas fueron descubiertas quizá borrara porque lo consideró impropio o hasta vulgar. 

Otra, enviada a Josefina y fechada  el 21 de noviembre de 1796.
Sabes muy bien que no olvido mis preciosas visitas; ya sabes, tu bosquecillo negro. Le doy mil besos y espero con impaciencia el momento de encontrarme ahí, todo tuyo. La vida, la felicidad y el placer sólo son los que tú me das.
Vivir en una Josefina, es vivir en el Elíseo. Besarla en la boca, en los ojos, en el hombro, en los pechos, ¡en todas partes! “

Bueno, este texto es mucho más explícito que el anterior y no solo deja claro que la depilación evidentemente no era del interés de Josefina o al menos no estaba de moda, quizás porque todavía Goya no lo había hecho popular con su maja desnuda donde su bosquecillo es apenas un pequeño arbusto, con menos hojas que el incipiente follaje primaveral que tienen los árboles frente a mi apartamento;  y que también deja en claro que al igual que con el caso de Colgate que evita los dientes negros, Gillette estaba a décadas de hacerse popular y podar los más tupidos bosquecillos negros.

Pero para no hacer tan largo el asunto, Napoleón se dio cuenta del amante de Josefina un poco antes de regresar de Egipto, así que nada más regresó y se presentó frente a numerosos franceses que recibieron a su general como un héroe, se fue directo a su casa y le pidió el divorcio a Josefina.

Ella en pánico, se dice que lloró, le imploró el perdón, se golpeó el pecho con su puño y le suplicaba hincada que la perdonara, bueno eso me lo inventé pero me parece plausible y es una gran escena en mi película mental, capítulos antes que François intentara tirarse por la borda. Lo que sí se sabe, y supongo porque la servidumbre o como diríamos hoy en día, el personal que le colabora a Josefina, se tiró todo el show y luego a bien de los historiadores del futuro le chismearon a todo el mundo cómo la mujer le rogó y le lloró a Napoleón. 

Al final, él la dejó entrar a la habitación y tuvieron el célebre sexo de reconciliación tan apasionado y ardiente que borró el recuerdo de la infidelidad, la humillación y el rencor del corazón de Bonaparte. 



En cualquier caso, ella le juró que no volvería a engañarlo con algún hombre y en especial con aquel tipo que pasó a la historia por ser recordado como su amante, que vaya, ni tan bueno que era en la cama y que era un papanatas, le debió de haber dicho, no como tú que tienes el poder de dar órdenes a tus ejércitos sin sacar la mano de tu chaleco. Se dice que Josefina mantuvo su palabra al pie de la letra, que no le volvió a engañar con hombres. 

Con mujeres ya es otra cosa. 

Y así, Napoleón Bonaparte fue ascendiendo en la pirámide del poder, conquistó Europa, se hizo del poder absoluto de Francia hasta que se auto coronó emperador de Francia y coronó a Josefina emperatriz, y vivieron felices por siempre. 

Mentira, no vivieron felices por siempre, el imperio apenas le duró un poco más de una década y cuando a Napoleón le entró la idea de tener un hijo, despachó a Josefina, se divorció de ella y se buscó una nueva esposa, mucho más joven, con capacidad para embarazarse y que todavía mantenía una dentadura en perfectas condiciones. 

Su nombre era María Luisa, Duquesa de Parma, de la familia real de Austria y que fue casi obligada por su padre a casarse con Bonaparte a pesar que ella también, como Josefina, inició su relación repugnándolo. Pero bueno, también como ella, terminó por quererlo y le dio un hijo. 

Josefina casi se volvió loca, no tuvo otra que firmar los papeles del divorcio e irse a su residencia y vivir con una pensión que le pasó Bonaparte. Él siempre dijo que ella había sido la estrella de su suerte y que todo lo que había logrado era  por su amor. El punto es que desde ese momento a Napoleón le comenzó a hacer agua el Imperio, y en poco tiempo Inglaterra, Rusia y Austria se le fueron encima, derrotándolo, y cayendo prisionero. De ahí fue llevado a la isla de Elba, donde le dieron cierto poder para mejorar la vida de los pobladores insulares, y aunque cualquiera se hubiera sentido cómodo con un retiro relativamente digno de un lugar bastante agradable, no todo el mundo es Bonaparte y a los pocos meses regresó a Francia, organizó un ejército casi de la nada y fue inmediatamente derrotado en Waterloo. 

Entonces los ingleses lo arrestaron, lo metieron a un barco junto con sus súbditos, incluyendo a François, y lo mandaron a Santa Elena.

En ese momento le cayó el veinte a Napoleón que no volvería a ver a Josefina nunca más,  que lo había perdido todo y que no había vuelta atrás. Se quedó parado frente a la ventana de su camarote mientras la silueta de Francia desaparecía en el horizonte, ahí suspiraba tal como yo lo hacía cuando también desde mi ventana veía el tierno follaje en los árboles de enfrente, mientras cientos de personas morían en mi ciudad atacados por el coronavirus. 



Friday, May 22, 2020

Un café por favor



Siempre me han cautivado los diners.

Me parece atrayente un lugar donde se vende comida las 24 horas, un sitio donde se puede desayunar a las seis de la tarde así como la tres de la mañana, de hecho tengo un libro sobre ellos que en otra ocasión les escribiré. 

Los diners son algo tan propio de los Estados Unidos como los son las hamburguesas, la Coca Cola o NASA. Han sido verdaderas instituciones que muchas veces han resaltado en los barrios por una ambientación art-deco y un decorado que recuerda a la década de 1950, ni que decir de su icónica imagen en películas como Pulp Fiction, Goodfellas o Back to the Future, entre otras tantas.

La imagen de mi publicación de hoy desconsuela, la tomé hace unos días en el City Diner que está en la Broadway  y 90th St (NYC), es un diner donde más de alguna vez fui a degustar una buena orden de pan cakes y café, tazas de café con un refill infinito por supuesto. Ese día el diner lucía vacío y en la oscuridad, cerrado por el COVID19, por primera vez quizás desde el 11 de septiembre del 2001.

Me sentí desolado, era un lugar acogedor con un excelente servicio donde siempre había alguien dispuesto a servir verdaderas delicias. El virus nos ha imposibilitado de hacer algo tan simple como ir a un sitio, sentarse y tomar una taza de café acompañado de algún pastelito. 

Hoy pasé de nuevo frente al diner y vi que la luz del interior estaba encendida, al parecer habían personas dentro y quise creer (no lo se) que trabajadores estaban haciendo limpieza y arreglos para una futura reapertura, la cual todo indica que  iniciará en la primera semana de junio. 

Veamos que sucede.