Debió ser unos días después de año nuevo cuando vi una noticia en la App de NBC donde se alertaban que la ciudad de Wuhan, China, estaba sufriendo un brote de una enfermedad que se parecía mucho a la gripe, una enfermedad que al parecer estaba vinculada a ciertas patologías virales que sufren algunas especies de murciélagos y que de alguna forma saltó al humano, algo que se conoce como zoonosis.
Todo parecía indicar que el brote se originó en un mercado húmedo donde tenían la práctica de comercializar animales salvajes para fines culinarios o para elaborar remedios. Los animales eran mantenidos vivos, en unas condiciones tan asquerosas que el mismo gobierno Chino intentó cerrar el mercado durante varios años, pero el esfuerzo nunca tuvo éxito, quizás porque el gobierno chino sucumbió a los intereses o la corrupción puesto que la industria de los animales salvajes para delicatesen o remedios es en China una industria billonaria.
Así que cuando vi la noticia apenas le puse atención, no recuerdo haberlo discutido con nadie hasta unos días después que una compañera de trabajo me dijo que la situación en China se estaba complicando, que las noticias eran confusas porque el gobierno chino no es de confiar y que esto se podía salir de control. Ella sabía lo que hablaba porque es china, se preocupaba por sus padre que todavía estaba por ahí y conoce de cerca como funciona –y miente- su gobierno.
Días después un divulgador de ciencia español escribió algo del virus en sus redes sociales, para entonces ya se sabía que se trataba de un virus, de los conocidos como coronavirus debido a que alrededor de su membrana posee proteínas que parecen espigas que vistas a través de un microscopio en 2D parece una corona. Vacuna para el nuevo coronavirus no había, así que lo único era proceder con las medidas higiénicas, porque de todas formas es como un catarro ¿Correcto? ¿Qué podría salir mal?
II
Recuerdo ver en un Duane Reade un depósito de gel de alcohol, costaba $0.50 cada uno, así que compré dos, las compré porque pensé que la cosa podría ponerse mal y que era necesario usarlas después de salir del subway, puesto que el metro de New York es uno de los lugares más sucios de la ciudad ¿Cómo no serlo? Mueve millones de personas por día, las 24 horas los siete días de la semana, incluyendo una buena cantidad de indigentes que duermen en los asientos todas las noches.
Tuve un par de días las gel de alcohol, hands sanitizer les dicen acá, pero no las usaba, creo que fue en febrero cuando las noticias comenzaron ser más preocupantes, y que había una posibilidad real que el virus llegara a Estados Unidos. Recuerdo una conversación de dos mujeres en un Starbucks que estaban sentadas en una mesa a la par mía donde una le decía a la otra que Trump debería cerrar todos los vuelos a Estados Unidos, todos los que provengan de Europa, en su momento me pareció absurdo, ridículo y sinceramente nunca imaginé que algo así ocurriría ¿Cómo se van a cerrar el tráfico aéreo mundial?
Lo que vino después es digno de una distopia de ciencia ficción.
III
A principios de marzo hubo un abogado a quien le hicieron uno de los primeros test en New York, lo que para entonces una rareza porque los test no estaban disponibles casi para nadie. El tipo salió positivo así que los médicos lo enviaron a cuarentena a su casa en el condado de Westchester. Pero en vez de quedarse aislado siguió con su vida normal, atendiendo su oficina en Midtown Manhattan, tomando el tren, visitando la sinagoga e incluso a la escuela de una de sus hijas. Esta persona al parecer fue responsable de contagiar a decenas más, y estas como es de esperarse siguieron contagiando a otras tanta más, en un promedio de cuatro contagiados.
El virus ya había cambiado de nombre, en esta época de corrección política y eufemismos lo que se conocía como el virus de Wuhan comenzó a llamarse COVID-19.
Cada día las noticias eran más preocupantes que el día anterior, el condado de Westchester se cerró porque el virus se había extendido en toda la comunidad, se decidió por un aislamiento a los vecinos y comenzó un proceso que de cierre de locales que no eran de primera necesidad, ese fue el inicio de la pesadilla.
Día con día aparecían más contagiados, los brotes en Europa se dispararon, recuerdo que Suiza cerró la frontera de sus trenes con Italia puesto que en Italia el virus se había extendido por varias ciudades generando un impacto en los sistemas de salud, en pocos días los muertos comenzaron a contarse no decenas sino centenas. Mientras en Estados Unidos había preocupación, Trump parecía desconectado de lo que sucedía, el gobernador Cuomo y el alcalde Bill DiBlasio apuntaban a mantener la calma, que estaban evaluando, hasta que de pronto Cuomo comenzó a dar conferencias de prensa varias veces al día.
Recuerdo que visité la Biblioteca Pública el martes 9 de marzo, entonces ya se sentía una preocupación en la ciudad pero todo parecía funcionar relativamente normal. Afuera de la Biblioteca había un hombre, de esos que de pronto pregonan el fin del mundo, recuerdo que él decía “¡No vayan a Time Square, es peligroso, el coronavirus se expande por la ciudad!”, lo vi con aquel distanciamiento que uno le da a los chiflados que anuncian el fin de los tiempos pero en el fondo sabía que tenía razón, en la ciudad se estaba extendiendo silenciosamente el COVID-19. Solo era cuestión de día para que los pacientes que se les complique la infección comenzaran a acumularse en los hospitales.
Fue por la misma época que consideré que no era buena idea seguir con yendo gimnasio, aunque comenzaron añadiendo desinfectante de manos, pañuelos para limpiar las máquinas me di cuenta que era un lugar extremadamente peligroso para contagiarse, así que dejé de ir al NYSC y pedí un retiro por un mes, regresando el 1 de mayo, porque en mayo 2020 este problema ya habría pasado ¿verdad?
IV
Creo que lo peor fue comenzar a ver que la vida cotidiana se va, que cierran los museos, teatros y cines, que el bullicio de los niños de la escuela frente a mi apartamento dejó de sonar, que las calles comenzaron a verse vacías y que los restaurantes cerraron uno a uno, fue como de pesadilla.
Que la gente salió en pánico a comprar todo lo que podían comprar en los supermercados y tiendas, arrasaron con huevos, carnes, productos de limpieza, gel de alcohol y sobre todo, por alguna razón misteriosa, papel higiénico.
Pero lo más impactante fue ver el subway vacío, de pronto me encontré siendo el único en la estación y el único en el vagón del tren y por supuesto no pasó mucho tiempo para que mi empresa nos dijera que ya íbamos a poner las cosas en pausa por un tiempo porque era demasiado peligroso seguir saliendo.
Ahora piensen esto con el agravante que está en todo el planeta, ciudades tan distantes como Santiago de Chile, Moscú, Teherán y Manila, con un colapso total de las líneas áreas, el precio del petróleo a niveles negativos y casi toda la economía mundial prácticamente paralizada.
Esto sin duda es el evento global más impactante después de la Segunda Guerra Mundial.
Al momento de escribir este texto parece que ya están volviéndose a abrir ciertos países como España e Italia, otros parece que seguirán en la misma línea, en los próximos días el gobernador Cuomo informará cual será el plan de reapertura de New York y como volveremos a retomar la vida que dejamos en pausa a principios de marzo de 2020, habrá que ver como van a ir las cosas de aquí al fin de año.
Hay que ser positivos, a veces yo sufro de demasiado optimismo, pero ¿qué más se puede hacer en un momento como este?
Estos días aciagos pasarán a la historia.
Se van a escribir libros, ensayos y tratados, se van a filmar películas y documentales sobre estos días. Vean lo que está pasando, documenten lo más que se pueda porque de todas esas miradas y documentos vamos a reflexionar en el futuro.
Si tienen niños explíquenles bien lo que sucede, que se recuerden bien lo que está pasando. Un niño que hoy tiene diez años tendrá 80 años en 2090, hay mucha posibilidad que el recuerdo de estos días llegue como un testimonio vivo al siglo XXII.
Veamos que pasa.
Aquí los dejo con un video que filmé en la segunda semana de marzo 2020 y demuestra como New York comenzó a verse vacío, desde esos días hasta ahora la cosa se puso peor y la cuarentena se hizo más generalizada.
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