Mientras se estudiaba el
abastecimiento de la antigua ciudad maya de Uxul, el arqueólogo Nicolás Seefeld
de la Universidad de Boon descubrió una fosa común de hace 1,400 años. La cual
posee los restos de 24 personas que habían sido decapitadas y desmembradas. Las partes del cuerpo habían sido colocadas en
una cueva artificial que se utiliza como depósito de agua.
Se ha logrado establecer que se tratan de 13 hombres y dos mujeres, las cuales estaban malnutridos y tenían problemas dentales (caries). Algunos de los dientes de las osamentas poseen incrustaciones de jade, lo que da a suponer que eran de un estatus social alto.
Nikolai Grube, el jefe del
proyecto de excavación ha considerado que los restos encontrados podrían ser de
opositores al régimen de Uxul o quizás prisioneros de guerra, pues era práctica
común de los mayas sacrificar a este
tipo de personas.
Fuente Science Daily