Monday, August 31, 2015

Neo New Yorker


Por fin, luego de varios años de espera y algunos meses de "luego me voy, el otro mes...el otro mes", decidí mudarme definitivamente a New York, la gran ciudad, que se dice capital del mundo, porque en definitiva no existe en el mundo una ciudad con tanta diversidad étnica como New York.

De eso, hace un par de semanas.

New York me recibió con los calores de la temporada veraniega, que comparados a los calores de El Salvador es casi similar, quizás un poco más húmedo que San Salvador, porque hay que saber que New York está al nivel del mar, es decir, prácticamente estamos en la playa.

Eso sí, el tiempo puede estar caliente, más el agua del mar está fría, como de refrigerador. Eso es una obviedad para los new yorkers y para cualquier habitante de zonas templadas, pero mucha gente que me lee es del trópico y para nosotros la playa es sinónimo de calor, palmeras y agua fresca (no helada). Ver una playa donde carece de esos elementos y que el agua es fría puede traer algún tipo de conflicto emocional.


Hace varios años, más de una década, cuando hice mi investigación sobre salvadoreños inmigrantes en Long Island, casi todos los restaurantes colgaban el imaginario de lo que ellos consideraban representativo de El Salvador, siempre una pirámide precolombina (sea San Andrés o la B1-1 de Tazumal), El Salvador del Mundo y por supuesto que las playas.

Casi todos los restaurantes salvadoreños que visité en esa ocasión presentaban playas como parte de su imaginería, uno lo sabe, porque en el fondo si la gente tropical añora algo son las playas de aguas frescas y arena suave.


De cualquier forma el verano está por sucumbir, lo supe cuando mi madre me dijo: ya cambiaron las vitrinas de los almacenes, los colores de la ropa son café con tendencia al oscuro. Cosa que a mí me da igual, yo me visto como me visto, generalmente siguiendo un mismo patrón desde hace décadas; eso sí, cuando hace frío pues me abrigo. Pero no soy tan dado a la ortodoxia de la moda que considera el color como algo fundamental en el atuendo. Trato de combinarlo lo mejor posible, pero creo que soy un liberal en cuanto a que vestir y que aunque en NY marca siempre la línea de la moda, hay mucha gente muy particular en la ciudad que le sobra lo que la moda dicta.
Realmente hay muchos locos en New York, la verdad es que sí, hay bastantes, gente que pierde la cordura con alguna cosita y estallan en el bus o metro (subway) o que insultan al vacío porque sí, o hablan solos en las esquinas. Lo que sí aprendí en mis años de viajes por el continente, es que locos hay en todos lados y que cosas que se dicen que son muy newyorkers pasan en todos lados, por ejemplo, nunca he visto peor sitio para conducir que en Lima, o una peor contaminación que en México, donde a mí parecer es insoportable (ni imaginar China).

New York tiene un estilo muy particular, que no es para todo mundo, uno tiene que ser de cierto calibre para amar a la "gran manzana", que te puede llegar comer, que los newyorkinos son extremadamente temperamentales, que hay una manera newyorker del servicio al cliente (eso es cierto, aunque en Panamá también vi que el servicio al cliente es algo tosco) y que los newyorkers creen que son el centro del mundo, que hay -como bien publicó el semanario NewYorker hace muchos años- una tierra llamada Jersey, luego a lo lejos el resto de Estados Unidos y en el fondo China y Japón.

La ciudad es impresionante, siempre lo he dicho en mis post anteriores,  se de gente que tiene décadas viviendo en Estado de New York que nunca han venido a Manhattan sino más de dos  o tres veces, gente que se queda en los suburbios o pueblos cercanos, porque les da miedo, porque los enormes edificios les produce ansiedad o algún tipo de aflicción. Otros dicen "New York es muy sucia" (en realidad hoy está un poco decadente pues al parecer el alcalde actual no está gestionando bien la ciudad, eso comparado con otros tiempos y con otros alcaldes), pero así es la cuestión newyorkina, la grandeza en lo cotidiano.

New York no es una provincia, ni una ciudad pequeña, tampoco una ciudad urbana como tantas que hay, New York es el sinónimo de la metrópolí, por eso tantas películas donde es la protagonista principal y por supuesto donde casi siempre es destruída.

En mis clases de arte precolombino les decía a mis alumnos "Teotihuacán era la New York de mesoamérica antigua", bien pues, algo así es este sitio, todo conecta aquí.
Por eso para la mentalidad newyorkina fuera de aquí todo es periferia, este es el centro del mundo.

Tengo casi 20 años de visitar con mucha frecuencia a New York, hoy ha llegado el momento de quedarme a vivir. 

Monday, August 10, 2015

La canción Anacreóntica, el origen del himno de Estados Unidos.

La Sociedad anacreóntica era un club de caballeros de Londres a finales del siglo XVIII, su fundación comenzó entre 1766 y 1792. La Sociedad fue dedicada al antiguo poeta griego Anacreonte, quien era conocido por sus canciones de taberna y odas al amor. Sus miembros, que consistían principalmente de los hombres ricos de alto rango social, se reunirá el miércoles por la noche para combinar apreciación musical con el comer y el beber.

La sociedad anacreóntica hizo un himno con el cual comenzaban y terminaban sus reuniones que se llamó "Anacreonte en el cielo" o "la canción de Anacreonte", la tonada fue ganando popularidad en Londres y en otros lugares del mundo, a tal punto que su música fue adaptada en varias canciones patrióticas en los Estados Unidos durante el siglo XIX.

De ahí salió la música del actual Himno de Estados Unidos, letra hecha por Francis Scott Key cuando fue testigo del ataque de los ingleses al fuerte McHenry, en una guerra post-napoleónica de ingleses contra EEUU (1812) que casi nadie recuerda.

Interesante, nunca imaginé que la música del himno de EEUU viniera por ahí.

Aquí la canción Anacreóntica.


Monday, March 2, 2015

Spock



"Logic, logic, logic. Logic is the beginning of wisdom, Valeris, not the end"
  Spock, Star Trek VI: The Undiscovered Country (1991)



En la antigüedad los jóvenes se sentaban alrededor de los fogones y un cuenta historias les narraba ya sea épicas batallas, grandes aventuras o los mitos de fundación, todos estos cuentos forjaban el imaginario de la gente, protagonizados por personajes que hoy recordamos como los grandes héroes de antaño, ya sea un Odiseo que luchaba contra envidiosos dioses, o  Hunahpú e Ixbalanqué engañando a los señores del Xibalbá o un Qi Jiguang destacándose en el campo de batalla, todos ellos eran de cierta forma personajes que hombres y mujeres usaron como referente en sus vidas, era el parangón de los más queridos valores sociales.

Hoy en la modernidad, ya no nos reunimos alrededor de fogones a escuchar historias, sino frente a pantallas donde las historias fluyen a través de una tecnología maravillosa, ahí vemos las grandes historias actuales que para bien o para mal aportan elementos para la construcción de la superestructura de nuestra sociedad global.

Los héroes de las pantallas pueden trascender del cine y de la televisión, se pueden transformar en iconos culturales que reflejan nuestras aficiones o intereses, se convierten en la esencia de nuestros sueños y quimeras. Uno de ellos fue Leonard Nimoy, quien personificara por más de cinco décadas al inteligente y racional extraterrestre Sr. Spock, uno de los tres pilares* de la popular saga Star Trek, conocida en Latinoamérica como Viaje a la Estrellas, creación del desaparecido director Gene Roddenberry. Nimoy falleció este día, 27 de febrero a sus 83 años, producto de un problema pulmonar ocasionado por el cigarrillo, aunque el actor había dejado de fumar hace 30 años, los daños en sus pulmones fueron tan severos que nunca pudo sanar del todo.

Spock no fue la primera representación de un extraterrestre en la pantalla, pero quizás por sus cualidades físicas, sus orejas puntiagudas, su forma categórica y correcta de hablar, su profundo intelecto, su manera racional y extremadamente lógico de analizar los problemas que episodio a episodio sufría el equipo de la nave Enterprise, ha sido una de las representaciones más destacadas de lo que creemos que es esa otredad cósmica, que llamamos como los extraterrestres.


Siempre he sido un fan absoluto de Star Trek, mucho antes que se inventaran la categoría de Trekkie o que las multitudes actuales se rieran por su caricaturización en Big Bang Theory, y lo fui porque de alguna forma Star Trek me invitaba a soñar con la posibilidad de una idílica sociedad donde se valorara la exploración, la ciencia y el conocimiento, donde hombres y mujeres estudiaran por igual los misterios del cosmos y donde la tecnología resolviera los problemas del día a día de una manera fantástica.

Y en ese universo Roddenberriano estuvo Spock, desde el primer capítulo,  “The Man Trap” junto al capitán Pike, pasando por una serie de televisión, media docena de películas y una serie con una nueva generación hasta la anticanónica y poco célebre versión de Star Trek de J.J. Abrams. En todas las actuaciones de Nimoy como Spock fueron coherentes, siempre sus guionistas respetaron el personaje y mantuvieron sus complejos diálogos que al presente son una joya para la ciencia ficción, hay que recordar también que Nimoy fue director y escritor de varias películas de Star Trek y mantuvo respetuosamente el preciado canon de la serie, asi como también fue un hombre sensible, un artista que se desarrolló en la fotografía, la música,  el stand-up comedy y la escritura.

Célebre es aquella escena cuando Spock le explica a Kirk que “El bienestar de la mayoría supera al bienestar de la minoría, o de uno solo", lo irónico, es que se lo dice al borde de la muerte, cuando se sacrifica para salvar a la tripulación del Enterprise luego que ha batallado contra Khan Noonien Singh y que posteriormente, volvería a la vida, resucitado por un malogrado experimento en el planeta Génesis.

Pero en esta dura realidad que siempre termina destrozando los sueños ficticios de los trekkies no existe tal proyecto génesis, como tampoco existe la teletransportación, los viajes warp, ni los rayos fasers, los tribbles, los klingons y los vulcanos, Nimoy se ha ido para siempre, queda entonces el Spock del mundo utópico de Roddenberry, ese que permitió divulgar la exploración del universo, haciendo que generaciones de jóvenes inquietos se enamoraran de un universo misterioso, le dio la posibilidad de soñar que podemos dedicarnos a la ciencia y explorar.

Los que seguimos siendo trekkies de hueso duro continuaremos viajando y sobrepasando la gran barrera galáctica abordo del Enterprise, ahí quedan las imágenes de Nimoy, sus representaciones y sus diálogos, con la esperanza que algún día la utopía de Roddenberry nos lleve temerariamente donde nadie ha llegado antes.

Larga vida y prosperidad.




 *Los otros dos pilares son James T. Kirk (William Shatner) y Leonard H. McCoy (DeForest Kelley)


 Ilustración por Marie Kay Callis / EEUU

Tuesday, January 6, 2015

Mi opinión sobre "Éxodo: Dioses y Reyes"





La historia de la esclavitud y liberación de los israelitas en Egipto ya ha sido llevada a la pantalla con bastante éxito, Los Diez Mandamientos (1956) donde Yul Brynner y Charlton Heston es de grata recordación, esa gran producción fue llevada año con año a los cines de El Salvador durante Semana Santa.

Este 2015 comenzamos con Éxodo:Dioses y Reyes, una adaptación del director Ridley Scott sobre la misma historia, no hay nada que prohíba adaptaciones y reinterpretaciones de una historia muy antigua.

El gran fallo de la película es como se presentó la cultura egipcia, sobre todo en cuanto a los lugares emblemáticos como Tebas, las pirámides y Abu Simbel. Hace un año tomé un curso online de egiptología por la Universidad Autónoma de Barcelona, así que como se imaginarán toda la película me pasé criticando los problemas históricos y culturales que se presentaron en el film, no entiendo como Ridley Scott no pudo reservar un par de dólares para unos buenos asesores sobre egiptología, aquí algunos desaciertos:

Las famosas pirámides de Keops, Kefrén y Guiza eran construcciones funerarias, y tenían un acabado de piedra caliza blanca y rematadas por cúspides de oro o quizás ónix, construidas en un período considerado como el Antiguo Imperio entre  2700 – 2250 antes de Cristo, en la película las pirámides se veían como hoy en día y según el film fueron los israelitas esclavizados quienes las habían construido a cargo del faraón Ramsés II, el problema es que Ramsés II vivió en el Imperio Nuevo (exactamente gobernando entre el 1279 a 1213 a. C), casi mil años después que las pirámides se construyeran, las cuales, por cierto fueron levantadas por egipcios contratados para tal fin, es decir, se les pagaba un salario, no eran esclavos.


No se sabe en realidad cuando fue que los judíos estuvieron en Egipto, algunos creen que pudo ser cercano al siglo XIII a. C. donde se sabe que en esa época hubo presencia de grupos semitas en Egipto, los cuales con el tiempo fuero migrando hacia un sitio llamado Canaán, es obvio que el éxodo es un mito fundacional judío por lo tanto hay que hacer una división entre el mito y la realidad, no sabemos que realmente ocurrió y mucho de lo que nos llega hoy en la modernidad estuvo por largo tiempo recogido en la tradición de este pueblo, fusionándose con visiones fantásticas y metafóricas.

Pero de lo que sí estamos seguros es que cuando los judíos estuvieron en la zona de Egipto las pirámides ya habían sido construidas. Asimismo se duda que se trate de Ramsés II quien fuera el faraón protagonista de la historia del Éxodo, se cree que pudo ser Ramsés VI el faraón involucrado porque en su tumba existe un jeroglífico que indica que combatió contra el libertador de los hebreos, otros creen que pudo ser Tutmosis III. En el libro de Éxodo no dice claramente de qué faraón se trataba.

Lo que sucede es que Ramsés II, también llamado El Grande, ha sido uno de los faraones más famosos y célebres de la historia, tuvo un gobierno que le dio mucha riqueza a Egipto, así como construcciones y murió a una gran edad (de un absceso dental) , por cierto se le conoció como el “Defensor de Egipto, vencedor sobre los extranjeros”, que metan a Ramsés II en ese lío es algo que muchos egipcios (y yo incluido) no aceptan, principalmente porque sienten gran admiración por el faraón, que por cierto su cuerpo momificado se encuentra en la Sala de las Momias Reales del Museo delCairo.

La película también muestra que el padre de Rámses fue sepultado en Abu Simbel, el problema que ese lugar no era una construcción funeraria, sino un templo para servir de culto a deidades egipcias y al mismo Ramsés que se creía un dios viviente.

Fuera de estos detalles que me molestaron, logré superar estos problemas considerando la libertad artística para producir la película, asimismo me dije que no es un documental sobre Egipto, así que una vez pasó el mal trago inicial disfruté de la película.

Me gustó mucho la adaptación de Yahveh como un niño, me di cuenta que tal cuestión ha generado problemas en los países árabes donde la cinta ha sido censurada porque han presentado a Yahveh con una figura humana, yo un hombre liberal de pensamiento occidental me tiene sin cuidado que Yahveh sea representado por una luz o por una persona. Asimismo me gustó la personalidad que le dieron a Yahveh, era misterioso y de pronto tenía actitudes coléricas, tal como suele ser representado el Yahveh del Antiguo Testamento. 


La actuación de Christian Bale fue bastante efectiva, él es un gran actor y es difícil que haga malos papeles y siempre es uno de mis actores favoritos, quien no siento que le fuera tan bien fue a Joel Edgerton, que interpretó a Ramsés, me resultó un poco apagado.

La película tiene buenos efectos de batallas –aunque también tengo problemas en como representaron a los hititas- , la separación del mar (y su cierre) es bastante interesante, asimismo las plagas, la fotografía, la edición y la música de la película le dan una dinámica que no aburre, Ridley Scott es especialista en mantenerlo a uno interesado, no por algo es uno de mis favoritos por Blade Runner, Alien, Black Hawk Down y Prometeo.



No esperen ver una descripción exacta del libro del Éxodo, creo que para algunos creyentes ortodoxos que esperan ver la Biblia en la película les molestaría, para eso mejor leer el libro  y ya, hay que recordar que es una adaptación del siglo XXI de una historia de un antiguo mito fundacional, que ha sido contado muchas veces. También de seguro para algunos “charios” de izquierda anti-Israel les podría molestar aduciendo que el film es una propaganda sionista hollywoodense, como yo carezco de tales taras mentales, tampoco tuve problema en ello.

Es un problema llevar algo a la pantalla y tratar de quedar bien con todo el mundo, sobre todo una historia como Éxodo, la gente siempre tendrá su opinión, algunos más calenturientos que otros y está bien, porque cada uno tiene su visión de mundo y realidad, yo mismo ya me he encontrado pataleando en películas, por ejemplo cuando vi Apocalypto  me insultó en lo más profundo, a tal punto que en ese entonces escribí una crítica muy ácida para el periódico El Mundo de El Salvador.

Creo que la película logró su objetivo, me mantuvo en suspenso viendo algo que ya sabía que iba a pasar y cuál sería su desenlace, pero lo más interesante es que al regresar a casa me hizo leer una vez más el Éxodo.