Monday, May 23, 2011

No hubo Juicio Final

 
Esta mañana amanecí acatarrado, me costó despegar de la cama, luego de una corta ducha lo  primero que hice fue prepararme un buen café y conseguir el periódico, tenía una reunión a las nueve de la mañana, terminé cancelándola, no me sentía bien.
Ayer hice una visita a Cihuatán, un sitio arqueológico al norte de San Salvador, ya me sentía mal pero le hice buena cara al día, ahora estoy pagando factura, el incipiente catarro del viernes ahora se comienza a comportar como gripe.
El periódico marca la fecha de hoy, lunes 23 de mayo de 2011, el mundo no se acabó el sábado, no llegó el tan esperado Juicio Final, la historia continúa, la tierra sigue girando alrededor del sol, las plantas siguen haciendo su fotosíntesis, los pájaros siguen cantando y volando, los bebes siguen naciendo, ustedes y yo seguimos aquí. 
Los cristianos ya tienen dos mil años con la esperanza que desde las alturas Jesús nos asalte montado en un caballo blanco, que venga para juzgar a los vivos y muertos e implantar un reino sin fin, una dictadura inmortal, un régimen donde el culto a la personalidad divina sea el pan de cada milenio. Supongo que después de mil trillones de trillones de años, los que se ganaron el paraíso estarán tan hartos de los insípidos cantos angelicales que querrán de montar una guerrilla pos apocalíptica y dinamitar la infraestructura celestial, para continuar con la lucha entre mortales e inmortales, y hacer claro que los planes divinos, son eso, solo planes, que nosotros los mortales tenemos la última palabra.
Total, el fin no llegó.
Y todas las iglesias cristianas cargan con algo de culpa, incluso las que se opusieron a la tesis de “Family Radio”, pues ellos, en el fondo, creen en los mismos conceptos de la apocalíptica secta, con la única diferencia que no son tan estúpidos para dar una fecha específica, se escudan con aquel pasaje bíblico que dice que la fecha nadie la conoce, solo dios padre,  dando pie a creer que puede ser esta misma tarde o dentro de un billón de años.
Lo anterior, no les quita su afición al terrorismo mediático, les encanta anunciar que “el fin ya viene”, que serán arrebatados, y que se han roto todos los sellos apocalípticos.
¿Cuántos sellos se deben de romper para que se den cuenta que el Juicio Final es una narrativa mitológica?, pues ninguno, porque el Juicio Final, los caballos voladores que traen a mesías vengativos y los ejércitos de ángeles son imaginarios, son un buen ejemplo de los grandes finales de las narraciones mitológicas.
Pero en una esfera más personal, son cuestiones de fe; y como tal, es el convencimiento de una idea, a pesar de lo que digan las pruebas objetivas y racionales, porque la gente no es racional.
El mismo sábado, cuando todas las redes sociales hacían gracia y se mofaban con el fin de los tiempos una avioneta se estrelló en Cihuatán; sí, en el sitio arqueológico que visité ayer, me comentaron que mientras el piloto realizaba un giro demasiado cerrado alrededor del parque, la fuerza G rompió una de las alas de la avioneta,  el aparato se fue a pique sin más y el piloto no pudo hacer nada, en realidad, lo único que pudo hacer es morir, porque para él, el sábado 21 de mayo, fue el fin del mundo.

3 comments:

vgsamuel2004 said...

muy bien lo que has escrito al parecer a las personas les facina ese tema, yo no le tome mucha importancia a eso biniendo de una pequeña secta, y para colmo gringa como las muchas que hay en ese pais, pero pensandolo bien hubiera querido que se acabara el mundo, que hacabara todo este caos en el que nos toca vivir.

Anonymous said...

Me ha gustado lo que ha escrito,y es cierto eso es terrorismo psicológico, porque no solo el Anthrax y volarse en pedazos en un metro es terrorismo, también esto lo es, solo que de otra especie...quisiera saber su opinión acerca de la separación del estudio antropológico de las cuestiones mágicas-religiosas y la cuestión personal, lo subjetivo, el yo separado de la cuestión antropológica..pues porque pienso que perfectamente se puede separar..el otro dia alguien me replicaba por mi actitud irreverente, cuestionadora..hacia las religiones monoteistas más dominantes...por, en mi opinión, su carácter represivo. me criticaba que en el quehacer cientifico no hay que ser asi, y estoy de acuerdo con el..pero también es cierto que depende del contexto en que uno se encuentre, por supuesto que haciendo etnografia o trabajo de campo no se va actuar asi o no se va a ir a gritar a una iglesia y tratar de convencer que esas son construcciones mentales que atraves del tiempo se han ido dando y se ha hecho uso de estas para reprimir, matar, discriminar y demás cosas..pero perfectamente reivindicando tu derecho a criticar y ser irreverente en la medida que te reprimen, perfectamente se puede hacer (depende del contexto donde te encuentres) estando consciente que estas hablando desde la persona con opiniones, cosmovisión propia...y que claro viéndolo desde el enfoque antropológico estos sistemas de creencias responden a ciertas necesidades explicativas,cohesión social y demás..pero que eso ya es otra cosa.

El antropólogo inocente said...

Gracias por el comentario, para ampliar la idea creo que será mejor que escriba un post sobre ello. Se la debo.