Esta semana me tomó por sorpresa una fuerte lluvia, atrapado en el centro comercial Multiplaza, me dediqué a vagar entre vitrinas, como ya me sentía algo cansado de mi día de trabajo, dispuse tomarme un café mientras pasaba la tormenta.
Entonces di con un sitio llamado Benn's Coffe, ubicado en la segunda planta frente al Banco de América Central. El lugar tiene una sillas afuera de la cafetería y anuncian que tienen conexión Wifi para computadoras, tenía que trabajar en una presentación sobre cometas así que dispuse tomarme un café y adelantar algo del trabajo.
Las sillas parecían cómodas y una mesera me ubicó en el lugar, el cual estaba vacío, creo que solo habíamos dos personas en el establecimiento. Pedí entonces un café late de $2.49 de dólar, al cual la mesera me preguntó mientras tomaba la orden “¿Qué sabor desea con el café?, hay caramelo, menta, Baileys, Kalua...”, escogí entonces Baileys.
Traté por cinco minutos de conectarme con la famosa red inalámbrica, pero todos los intentos quedaron en nada, los meseros no sabían decirme cual era el problema, luego supe que Benn's Coffee no era la dueña de la señal WiFi, sino que utiliza la señal de Multiplaza para sus clientes. No intenté más, me llevaron el café que ni me impresionó mucho y me puse a trabajar. Habían pasado unos 10 minutos cuando una familia de unas 8 personas llegaron a la cafetería, era una de esas familias patriarcales clase media alta, el padre -un hombre de unos 65 años- extrovertido y con buen vozarrón, ordenó algo de comer y tomar para toda la prole, se sentaron cerca de donde yo estaba con mi laptop y siguieron departiendo, no me molestaban demasiado, hasta que la mesera se me acercó y me pidió que me cambiara de lugar “para darle más espacio a la familia”, yo que tenía dos libros afuera de mi bolsa, una libreta y mi computadora instalada y todo, solo me le quedé viendo, le dije entonces: “Absolutamente no... yo tengo aquí 10 minutos y estoy de lo más cómodo trabajando y no me va a mover”, luego ella hizo una expresión a uno de los hijos del patriarca como haciéndole saber que ella había tratado de conseguir mi espacio. Entonces me levanté indignado guardando todo “Se puede quedar con mi asiento si quiere... traígame la cuenta, yo me voy de aquí”, la mujer trató de disculparse, pero yo ya estaba resuelto a irme de ese lugar -que ni servía la conexión Wifi- cuando llegó la cuenta, noté con sorpresa que una triste y desgraciada taza de café con algo de saborizante de Baileys me costaba 6.48 + 0.65 ctv por el “servicio” de propina, sumando SIETE DOLARES TRECE CENTAVOS, $7.13 !!
Obvio que puse el grito en el cielo, la mesera me explicó que el saborizante era Baileys de verdad, “entonces me hubiera traído el trago aparte y me lo tomo” le dije, “si son dos gotas la que le ponen de todas formas”, el café costaba $2.49 y el extra sabor a Baileys $3.99... el extra vale más que el propio producto. Tomando en cuenta que la mesera nunca me dijo que el saborizante tenía un precio extraordinariamente elevado y con un valor extra al precio del café, pues me sentí estafado, burlado y humillado. Aun así les pagué la cuenta, hasta su desgraciada propina por prácticamente echarme del sitio para “darle más espacio a la familia”, ahí que les queden los $7.13, que los aproveche, y que este post sea para que pierdan esa cantidad multiplicada por cien mil.
Espero que ustedes -los que me leen y viven en San Salvador- no gasten ni un miserable centavo en esa empresa embaucadora NUNCA VAYAN A BENN'S COFFEE, seré feliz el día que pase por ese sitio y las sillas ya no se encuentren y ese lugar tan solo sea un mal recuerdo.
(Es tan bajera esa empresa que el logo de Benn's Coffee lo quieren hacer parecido a Starbucks!!, no tienen ni para pagarles a creativos, pinches malinchistas!, Ahi les dejo un scan de la factura para que vean el nivel de ladronismo que tienen estas empresas)
Entonces di con un sitio llamado Benn's Coffe, ubicado en la segunda planta frente al Banco de América Central. El lugar tiene una sillas afuera de la cafetería y anuncian que tienen conexión Wifi para computadoras, tenía que trabajar en una presentación sobre cometas así que dispuse tomarme un café y adelantar algo del trabajo.
Las sillas parecían cómodas y una mesera me ubicó en el lugar, el cual estaba vacío, creo que solo habíamos dos personas en el establecimiento. Pedí entonces un café late de $2.49 de dólar, al cual la mesera me preguntó mientras tomaba la orden “¿Qué sabor desea con el café?, hay caramelo, menta, Baileys, Kalua...”, escogí entonces Baileys.
Traté por cinco minutos de conectarme con la famosa red inalámbrica, pero todos los intentos quedaron en nada, los meseros no sabían decirme cual era el problema, luego supe que Benn's Coffee no era la dueña de la señal WiFi, sino que utiliza la señal de Multiplaza para sus clientes. No intenté más, me llevaron el café que ni me impresionó mucho y me puse a trabajar. Habían pasado unos 10 minutos cuando una familia de unas 8 personas llegaron a la cafetería, era una de esas familias patriarcales clase media alta, el padre -un hombre de unos 65 años- extrovertido y con buen vozarrón, ordenó algo de comer y tomar para toda la prole, se sentaron cerca de donde yo estaba con mi laptop y siguieron departiendo, no me molestaban demasiado, hasta que la mesera se me acercó y me pidió que me cambiara de lugar “para darle más espacio a la familia”, yo que tenía dos libros afuera de mi bolsa, una libreta y mi computadora instalada y todo, solo me le quedé viendo, le dije entonces: “Absolutamente no... yo tengo aquí 10 minutos y estoy de lo más cómodo trabajando y no me va a mover”, luego ella hizo una expresión a uno de los hijos del patriarca como haciéndole saber que ella había tratado de conseguir mi espacio. Entonces me levanté indignado guardando todo “Se puede quedar con mi asiento si quiere... traígame la cuenta, yo me voy de aquí”, la mujer trató de disculparse, pero yo ya estaba resuelto a irme de ese lugar -que ni servía la conexión Wifi- cuando llegó la cuenta, noté con sorpresa que una triste y desgraciada taza de café con algo de saborizante de Baileys me costaba 6.48 + 0.65 ctv por el “servicio” de propina, sumando SIETE DOLARES TRECE CENTAVOS, $7.13 !!
Obvio que puse el grito en el cielo, la mesera me explicó que el saborizante era Baileys de verdad, “entonces me hubiera traído el trago aparte y me lo tomo” le dije, “si son dos gotas la que le ponen de todas formas”, el café costaba $2.49 y el extra sabor a Baileys $3.99... el extra vale más que el propio producto. Tomando en cuenta que la mesera nunca me dijo que el saborizante tenía un precio extraordinariamente elevado y con un valor extra al precio del café, pues me sentí estafado, burlado y humillado. Aun así les pagué la cuenta, hasta su desgraciada propina por prácticamente echarme del sitio para “darle más espacio a la familia”, ahí que les queden los $7.13, que los aproveche, y que este post sea para que pierdan esa cantidad multiplicada por cien mil.
Espero que ustedes -los que me leen y viven en San Salvador- no gasten ni un miserable centavo en esa empresa embaucadora NUNCA VAYAN A BENN'S COFFEE, seré feliz el día que pase por ese sitio y las sillas ya no se encuentren y ese lugar tan solo sea un mal recuerdo.
(Es tan bajera esa empresa que el logo de Benn's Coffee lo quieren hacer parecido a Starbucks!!, no tienen ni para pagarles a creativos, pinches malinchistas!, Ahi les dejo un scan de la factura para que vean el nivel de ladronismo que tienen estas empresas)