Desde hace algún tiempo la colectividad global tiene en la mira al año 2012, un fuerte rumor producto de malos entendidos, aseveraciones desatinadas y malas intenciones han colocado en el imaginario mundial que ese año será el fin de los tiempos o que “algo” especial va a ocurrir.
El tema del 2012 es polémico, genera expectación e interés en nuestra sociedad mundial, es fácil advertirlo cuando se constituye un tema continuo de conversación entre la gente, por ello se han escrito una serie de libros buscando constituirse en “best sellers”, algunos con un poco de suerte lo han logrado; otros, han conseguido ganancias relativas en espera que mientras el tiempo nos acerque al 2012, el público se muestre más interesado y confundido.
Algunos canales han comenzado a realizar batallas mediáticas presentando ante su audiencia diversos documentales con el mismo tema, últimamente se filmó una entretenida película llena de efectos especiales en donde ciudades de todo el mundo son afectadas por un enorme destrucción proveniente del mismo sol.
El interés ha llegado a tal punto que no falta que alguien en alguna reunión o en la familia haga un jocoso comentario que en el 2012 el mundo se acaba. Otros, los que se toman más a pecho el supuesto año les ha nacido un interés inusitado en la astronomía, la arqueología y fundamentalmente en los mayas. De hecho, nunca antes los mayas han estado tan de moda como ahora, y en los últimos años la cantidad de “expertos” que se dedican a hablar de calendárica maya ha crecido exponencialmente, algunos de ellos son apocalípticos, y otros, los más cercanos a la corriente de la nueva era o al neoindigenismo posmoderno, indican que el 2012 ocurrirá un cambio “místico” en la espiritualidad de la humanidad, es decir que cambiamos de “era”, a pesar que no explican del todo bien a que se refieren.
No cabe duda que el tema se vende bien y se dicen muchas cosas, cada día que nos acerca al primero de enero del 2012 la expectativa mundial aumenta; pero, ¿Qué tan cierto es todo lo que se afirma?
Fin de la Cuenta Larga y el sueño mayista
El interés en el 2012 se basa en la aseveración que el calendario maya termina el 21 de diciembre del año 2012, el final del baktun 13 (en la calendárica la fecha se indica como baktun 12, considerando que el primer baktun se enumeró como cero, contando 13 baktunes hasta el último), desde el inicio de la cuenta larga en el año 3113 o 3114 a.C. y ahí sucederá algo del cual no hay mucha claridad. Fundamentalmente por que nuestra modernidad ha pintado alrededor de los mayas un aura de misterio y misticismo que es difícil escapar.
En los años 40 se tenía la visión que esta colectividad de pueblos que actualmente llamamos mayas y que poseían una historia y cultura común desde 1000 a.C. eran pacíficos, dedicados exclusivamente a la astronomía y amigables con el medio ambiente. En la actualidad sabemos que esa visión de los mayas clásicos no es del todo cierta, lo que ahora llamamos mayas tuvieron una historia dinámica y activa, de guerras entre ciudades estado, golpes de dirigidos hacia grupos de poder, interés en la astronomía y serios problemas medio ambientales. El declive de los mayas de período clásico aun es misterioso, a pesar de que la ciencia indica que el colapso maya sucedió por una enorme cantidad de factores que hicieron que las ciudades se abandonaran posterior al año 850 d.C., siempre queda un buen porcentaje de “entendidos” que sostienen que los mayas abandonaron la tierra abordo de naves espaciales.
Bajo este criterio de fantasía, casi todo lo que los medios masivos de comunicación publican o presentan sobre los mayas y el final del baktun sufre del triste sesgo del espectáculo. El 2012 se ha convertido en circo, del que no ha escapado ni la otrora respetable National Geographic, la cual con su canal ha caído en la ambición de conseguir audiencia a partir de la publicidad del fin del mundo y profecías mayas, con la crisis económica del 2008, todo se vale, incluso mentir.
Efectivamente el 21 de diciembre del 2012 termina el baktun 13 desde el inicio de la cuenta larga, al menos así lo calcula la GMT (Goodman Martinez Thompson) una de las constantes más aceptadas que tratan de conectar la cuenta larga maya con nuestro calendario gregoriano. La GMT tiene algunos respetables arqueólogos disconformes que consideran un desfase de 2 años para la GMT clásica; y claro, hay otras constantes que indican que incluso el baktun 13 se cerró hace algunos años (ver http://www.elfaro.net/es/200911/el_agora/548/V).
Es evidente que el fin del baktun 13 indicará después de todo una nueva cuenta, del mismo modo como después de nuestro año 1999 comenzó un año 2000 sin que nada ocurriera. El cierre del baktun implica en todo caso, el inicio de otro. Tan simple como que un martes continúa un miércoles.
Hay que aclarar que la representación de “cambio” posee una importancia simbólica, considerando que las conexiones entre el frío e impersonal mundo físico no siempre corresponde al mundo cultural, por ese motivo no vemos dragones volando en nuestros cielos, y mucho menos ángeles peleando contra demonios. Estas creaciones culturales, no existen en el universo físico, es imposible que la biología del carbono y la evolución natural formen un reptil volador que escupa fuego. Pero hay que entender que la importancia del cierre del baktun 13 es fundamentalmente cultural; nuestro tiempo de culturas hibridas ha logrado que los medios masivos construyeran el 2012 como signo de la hecatombe, no tenemos idea de cómo un maya del clásico o preclásico vería el cierre y apertura de la cuenta larga, pero en la física del tiempo nos dirá lo mismo si estamos en el baktun doce o en el siete, o si es miércoles o lunes, los planetas girarán en sus órbitas independientemente de lo que nos imaginemos o nos hagan imaginar.
El Centro Galáctico y el cambio de polaridad en la Tierra
Los tiempos dan la pauta, con el desarrollo de la ciencia ha sido necesario de dotar al 2012 tras un fondo supuestamente científico, hace 500 años hablaríamos de la llegada del Juicio Final tal cual lo narra el apocalipsis bíblico –algunos lo esperan de ese modo- pero ahora las construcciones del fin de los tiempos se presentan como serias tesis científicas que hay que tomar en cuenta, por que “lo dice la ciencia” o “los científicos de la NASA”. La ciencia o los anónimos “científicos de la NASA” que acompañan todos estos rumores tratan de crear una respetabilidad tras cualquier cosa que se diga, que va de temas tan dispares, como el 2012, el acercamiento marciano cada agosto en el cual Marte se observa del tamaño de la luna, hasta los ojos de la Virgen de Guadalupe.
En este sentido se dice que el 21 de diciembre de 2012 el sistema solar se alineará con el centro galáctico y alguna clase de rayo golpeará a la tierra. Hay que entender que de una u otra forma el sistema solar y el centro de la vía láctea siempre se encuentran desde cierto punto de vista alineados, debido principalmente por que el centro es en todo caso esférico, desde cualquier punto que nos coloquemos alrededor de la vía láctea, ya sea en el disco galáctico o fuera de el, quedamos con algún tipo de alineación. En todo caso, tomando en cuenta que el centro galáctico se encuentra a unos 50 mil años luz de nosotros, de haber un rayo que nos toque en el 2012 ya desde hace miles de años tendría que haber salido. Si el rayo careciera de intermitencia los astrónomos hubieran detectado hace muchísimo tiempo dicha radiación, de la misma forma como se han detectado chorros de radiación en otras galaxias (Por ejemplo la galaxia Messier 87). Si de estar alineado al centro de la galaxia o que nuestro sol se ubique en nuestra perspectiva orbital sobre el centro de la galaxia no tiene mayor importancia.
Los rumores del 2012 también mencionan los cambios de la polaridad terrestre, un cambio periódico que ocurre de manera caótica desde la formación de la tierra, no se puede negar que en algún momento de la historia de nuestro planeta habrá otra reversión geomagnética. Si ocurriera en el 2012 desde hacía años tendríamos indicadores magnéticos que confirmaran dicha reversión, o al menos las brújulas ya estarían presentando alguna anomalía, lo cierto que el dinámico magnetismo terrestre ha estado variando de acuerdo a la normalidad que esperan los geofísicos. En todo caso, la paleontología no ha hecho ninguna conexión entre extinciones masivas y cambios en la polaridad terrestre. La última inversión fue hace unos 780 mil años, para entonces homínidos antecesores nuestros ya estaban vagando por el mundo y su éxito evolutivo ha permitido nuestra existencia.
El famoso Ciclo Solar y terremotos e inundaciones
Nuestro sol sufre de variaciones en su luminosidad, viento solar y campo magnético, estas variaciones son normales. El aspecto más reconocido de esta variación son las manchas solares, las cuales se dan debido a “tormentas” magnéticas que ocurren en la superficie del sol, formando una zona menos caliente y por lo tanto más oscuras. Estos ciclos se dan en promedio cada 11 años, en la actualidad estamos pasando por una temporada mínima de manchas solares, iniciando el máximo solar. De hecho actualmente el sol se encuentra calmo a pesar que oficialmente el ciclo 24 comenzó a inicios del año 2008, las manchas son mínimas, la última se detectó hace casi un mes. Por ello se duda que para el 2012 estemos llegando a la máxima solar; de seguir así, estaríamos iniciando el máximo de actividad solar ahí por el año 2014, incluso algunos advierten que en 2015. En todo caso, nuestro planeta posee el cinturón de Van Allen que nos protege de las partículas cargadas del sol. Recordemos que son las auroras polares el resultado de la interacción de partículas solares con el con dicho cinturón, la máxima solar generalmente son portadoras de impresionantes espectáculos celestes en los polos, con mínimas probabilidades que actúen sobre nuestros sistemas eléctricos, como el apagón de electricidad en Quebec en 1989.
En promedio durante cada año ocurren miles de movimientos telúricos, algunas decenas de huracanes y muchas inundaciones, no por ello el 2012 será un año donde falten estas desgracias naturales. Que ocurran en ese año no tiene mayor diferencia de que hayan ocurrido antes, lo mismo ocurrirán y lamentablemente morirá gente, el número de muertos será proporcional al desarrollo social de cada país, en una zona como Centroamérica donde una lluvia es ícono de muerte, nuestra sociedad se encuentra en todo caso con mayor vulnerabilidad que otras, es un problema estructural que no tiene ninguna relación el fin de la cuenta larga maya o el 2012.
Conclusión
El problema de los fines del mundo con fecha exacta es que concluyen cuando el plazo llega y no ocurre lo pronosticado, el otro gran problema es que nadie recuerda la tomadura de pelo del que la sociedad fue víctima y rápido se inventa otras hecatombes, la gente olvida y vuelve a temer.
Buen ejemplo es el caso del supuesto astrónomo chileno Carlos Muñoz Ferrada que indicó el aparecimiento de un enorme planeta cometa llamado Hercobulus, Ajenjo o Nibiru, el cual vendría a destruir la tierra el 11 de agosto de 1999, evidentemente nada sucedió. En El Salvador esa tesis fue muy conocida e incluso fue publicada en algunos diarios nacionales (“Evidencias de Dios constituirán los posibles sucesos durante eclipse 99”, La Prensa Gráfica 7 octubre 1991, por Adrian Roberto Aldana), actualmente a pesar que 1999 pasó sin dejar rastros del planeta, en el centro de San Salvador se publicita un libro con autoría de un R.V. Rabolú, en busca de víctimas de un nuevo engaño. Hay que recordar en nuestra memoria colectiva la galería de farsantes a los cuales nos someten cada vez que nos ponen un cierre a nuestra existencia humana, la cual algún día llegará, pero evidentemente nadie lo sabe.
Es poco probable que la naturaleza provoque una hecatombe a nivel planetario, el 2012 no parece ser el año de la destrucción de la humanidad, si hablamos del calentamiento global la hecatombe ya tiene años de estarse llevando a cabo, es remota la posibilidad que un asteroide o cometa nos impacte, así como que ocurra en las cercanías una explosión de supernova cercana o una explosión de rayos gamma.
Para desastres, guerras, asesinatos, inundaciones y terremotos no hace falta el 2012; en realidad, para esos tristes temas nos sobran años.
Una versión de este artículo se publicó en el periódico El Faro (ver aqui)
El tema del 2012 es polémico, genera expectación e interés en nuestra sociedad mundial, es fácil advertirlo cuando se constituye un tema continuo de conversación entre la gente, por ello se han escrito una serie de libros buscando constituirse en “best sellers”, algunos con un poco de suerte lo han logrado; otros, han conseguido ganancias relativas en espera que mientras el tiempo nos acerque al 2012, el público se muestre más interesado y confundido.
Algunos canales han comenzado a realizar batallas mediáticas presentando ante su audiencia diversos documentales con el mismo tema, últimamente se filmó una entretenida película llena de efectos especiales en donde ciudades de todo el mundo son afectadas por un enorme destrucción proveniente del mismo sol.
El interés ha llegado a tal punto que no falta que alguien en alguna reunión o en la familia haga un jocoso comentario que en el 2012 el mundo se acaba. Otros, los que se toman más a pecho el supuesto año les ha nacido un interés inusitado en la astronomía, la arqueología y fundamentalmente en los mayas. De hecho, nunca antes los mayas han estado tan de moda como ahora, y en los últimos años la cantidad de “expertos” que se dedican a hablar de calendárica maya ha crecido exponencialmente, algunos de ellos son apocalípticos, y otros, los más cercanos a la corriente de la nueva era o al neoindigenismo posmoderno, indican que el 2012 ocurrirá un cambio “místico” en la espiritualidad de la humanidad, es decir que cambiamos de “era”, a pesar que no explican del todo bien a que se refieren.
No cabe duda que el tema se vende bien y se dicen muchas cosas, cada día que nos acerca al primero de enero del 2012 la expectativa mundial aumenta; pero, ¿Qué tan cierto es todo lo que se afirma?
Fin de la Cuenta Larga y el sueño mayista
El interés en el 2012 se basa en la aseveración que el calendario maya termina el 21 de diciembre del año 2012, el final del baktun 13 (en la calendárica la fecha se indica como baktun 12, considerando que el primer baktun se enumeró como cero, contando 13 baktunes hasta el último), desde el inicio de la cuenta larga en el año 3113 o 3114 a.C. y ahí sucederá algo del cual no hay mucha claridad. Fundamentalmente por que nuestra modernidad ha pintado alrededor de los mayas un aura de misterio y misticismo que es difícil escapar.
En los años 40 se tenía la visión que esta colectividad de pueblos que actualmente llamamos mayas y que poseían una historia y cultura común desde 1000 a.C. eran pacíficos, dedicados exclusivamente a la astronomía y amigables con el medio ambiente. En la actualidad sabemos que esa visión de los mayas clásicos no es del todo cierta, lo que ahora llamamos mayas tuvieron una historia dinámica y activa, de guerras entre ciudades estado, golpes de dirigidos hacia grupos de poder, interés en la astronomía y serios problemas medio ambientales. El declive de los mayas de período clásico aun es misterioso, a pesar de que la ciencia indica que el colapso maya sucedió por una enorme cantidad de factores que hicieron que las ciudades se abandonaran posterior al año 850 d.C., siempre queda un buen porcentaje de “entendidos” que sostienen que los mayas abandonaron la tierra abordo de naves espaciales.
Bajo este criterio de fantasía, casi todo lo que los medios masivos de comunicación publican o presentan sobre los mayas y el final del baktun sufre del triste sesgo del espectáculo. El 2012 se ha convertido en circo, del que no ha escapado ni la otrora respetable National Geographic, la cual con su canal ha caído en la ambición de conseguir audiencia a partir de la publicidad del fin del mundo y profecías mayas, con la crisis económica del 2008, todo se vale, incluso mentir.
Efectivamente el 21 de diciembre del 2012 termina el baktun 13 desde el inicio de la cuenta larga, al menos así lo calcula la GMT (Goodman Martinez Thompson) una de las constantes más aceptadas que tratan de conectar la cuenta larga maya con nuestro calendario gregoriano. La GMT tiene algunos respetables arqueólogos disconformes que consideran un desfase de 2 años para la GMT clásica; y claro, hay otras constantes que indican que incluso el baktun 13 se cerró hace algunos años (ver http://www.elfaro.net/es/200911/el_agora/548/V).
Es evidente que el fin del baktun 13 indicará después de todo una nueva cuenta, del mismo modo como después de nuestro año 1999 comenzó un año 2000 sin que nada ocurriera. El cierre del baktun implica en todo caso, el inicio de otro. Tan simple como que un martes continúa un miércoles.
Hay que aclarar que la representación de “cambio” posee una importancia simbólica, considerando que las conexiones entre el frío e impersonal mundo físico no siempre corresponde al mundo cultural, por ese motivo no vemos dragones volando en nuestros cielos, y mucho menos ángeles peleando contra demonios. Estas creaciones culturales, no existen en el universo físico, es imposible que la biología del carbono y la evolución natural formen un reptil volador que escupa fuego. Pero hay que entender que la importancia del cierre del baktun 13 es fundamentalmente cultural; nuestro tiempo de culturas hibridas ha logrado que los medios masivos construyeran el 2012 como signo de la hecatombe, no tenemos idea de cómo un maya del clásico o preclásico vería el cierre y apertura de la cuenta larga, pero en la física del tiempo nos dirá lo mismo si estamos en el baktun doce o en el siete, o si es miércoles o lunes, los planetas girarán en sus órbitas independientemente de lo que nos imaginemos o nos hagan imaginar.
El Centro Galáctico y el cambio de polaridad en la Tierra
Los tiempos dan la pauta, con el desarrollo de la ciencia ha sido necesario de dotar al 2012 tras un fondo supuestamente científico, hace 500 años hablaríamos de la llegada del Juicio Final tal cual lo narra el apocalipsis bíblico –algunos lo esperan de ese modo- pero ahora las construcciones del fin de los tiempos se presentan como serias tesis científicas que hay que tomar en cuenta, por que “lo dice la ciencia” o “los científicos de la NASA”. La ciencia o los anónimos “científicos de la NASA” que acompañan todos estos rumores tratan de crear una respetabilidad tras cualquier cosa que se diga, que va de temas tan dispares, como el 2012, el acercamiento marciano cada agosto en el cual Marte se observa del tamaño de la luna, hasta los ojos de la Virgen de Guadalupe.
En este sentido se dice que el 21 de diciembre de 2012 el sistema solar se alineará con el centro galáctico y alguna clase de rayo golpeará a la tierra. Hay que entender que de una u otra forma el sistema solar y el centro de la vía láctea siempre se encuentran desde cierto punto de vista alineados, debido principalmente por que el centro es en todo caso esférico, desde cualquier punto que nos coloquemos alrededor de la vía láctea, ya sea en el disco galáctico o fuera de el, quedamos con algún tipo de alineación. En todo caso, tomando en cuenta que el centro galáctico se encuentra a unos 50 mil años luz de nosotros, de haber un rayo que nos toque en el 2012 ya desde hace miles de años tendría que haber salido. Si el rayo careciera de intermitencia los astrónomos hubieran detectado hace muchísimo tiempo dicha radiación, de la misma forma como se han detectado chorros de radiación en otras galaxias (Por ejemplo la galaxia Messier 87). Si de estar alineado al centro de la galaxia o que nuestro sol se ubique en nuestra perspectiva orbital sobre el centro de la galaxia no tiene mayor importancia.
Los rumores del 2012 también mencionan los cambios de la polaridad terrestre, un cambio periódico que ocurre de manera caótica desde la formación de la tierra, no se puede negar que en algún momento de la historia de nuestro planeta habrá otra reversión geomagnética. Si ocurriera en el 2012 desde hacía años tendríamos indicadores magnéticos que confirmaran dicha reversión, o al menos las brújulas ya estarían presentando alguna anomalía, lo cierto que el dinámico magnetismo terrestre ha estado variando de acuerdo a la normalidad que esperan los geofísicos. En todo caso, la paleontología no ha hecho ninguna conexión entre extinciones masivas y cambios en la polaridad terrestre. La última inversión fue hace unos 780 mil años, para entonces homínidos antecesores nuestros ya estaban vagando por el mundo y su éxito evolutivo ha permitido nuestra existencia.
El famoso Ciclo Solar y terremotos e inundaciones
Nuestro sol sufre de variaciones en su luminosidad, viento solar y campo magnético, estas variaciones son normales. El aspecto más reconocido de esta variación son las manchas solares, las cuales se dan debido a “tormentas” magnéticas que ocurren en la superficie del sol, formando una zona menos caliente y por lo tanto más oscuras. Estos ciclos se dan en promedio cada 11 años, en la actualidad estamos pasando por una temporada mínima de manchas solares, iniciando el máximo solar. De hecho actualmente el sol se encuentra calmo a pesar que oficialmente el ciclo 24 comenzó a inicios del año 2008, las manchas son mínimas, la última se detectó hace casi un mes. Por ello se duda que para el 2012 estemos llegando a la máxima solar; de seguir así, estaríamos iniciando el máximo de actividad solar ahí por el año 2014, incluso algunos advierten que en 2015. En todo caso, nuestro planeta posee el cinturón de Van Allen que nos protege de las partículas cargadas del sol. Recordemos que son las auroras polares el resultado de la interacción de partículas solares con el con dicho cinturón, la máxima solar generalmente son portadoras de impresionantes espectáculos celestes en los polos, con mínimas probabilidades que actúen sobre nuestros sistemas eléctricos, como el apagón de electricidad en Quebec en 1989.
En promedio durante cada año ocurren miles de movimientos telúricos, algunas decenas de huracanes y muchas inundaciones, no por ello el 2012 será un año donde falten estas desgracias naturales. Que ocurran en ese año no tiene mayor diferencia de que hayan ocurrido antes, lo mismo ocurrirán y lamentablemente morirá gente, el número de muertos será proporcional al desarrollo social de cada país, en una zona como Centroamérica donde una lluvia es ícono de muerte, nuestra sociedad se encuentra en todo caso con mayor vulnerabilidad que otras, es un problema estructural que no tiene ninguna relación el fin de la cuenta larga maya o el 2012.
Conclusión
El problema de los fines del mundo con fecha exacta es que concluyen cuando el plazo llega y no ocurre lo pronosticado, el otro gran problema es que nadie recuerda la tomadura de pelo del que la sociedad fue víctima y rápido se inventa otras hecatombes, la gente olvida y vuelve a temer.
Buen ejemplo es el caso del supuesto astrónomo chileno Carlos Muñoz Ferrada que indicó el aparecimiento de un enorme planeta cometa llamado Hercobulus, Ajenjo o Nibiru, el cual vendría a destruir la tierra el 11 de agosto de 1999, evidentemente nada sucedió. En El Salvador esa tesis fue muy conocida e incluso fue publicada en algunos diarios nacionales (“Evidencias de Dios constituirán los posibles sucesos durante eclipse 99”, La Prensa Gráfica 7 octubre 1991, por Adrian Roberto Aldana), actualmente a pesar que 1999 pasó sin dejar rastros del planeta, en el centro de San Salvador se publicita un libro con autoría de un R.V. Rabolú, en busca de víctimas de un nuevo engaño. Hay que recordar en nuestra memoria colectiva la galería de farsantes a los cuales nos someten cada vez que nos ponen un cierre a nuestra existencia humana, la cual algún día llegará, pero evidentemente nadie lo sabe.
Es poco probable que la naturaleza provoque una hecatombe a nivel planetario, el 2012 no parece ser el año de la destrucción de la humanidad, si hablamos del calentamiento global la hecatombe ya tiene años de estarse llevando a cabo, es remota la posibilidad que un asteroide o cometa nos impacte, así como que ocurra en las cercanías una explosión de supernova cercana o una explosión de rayos gamma.
Para desastres, guerras, asesinatos, inundaciones y terremotos no hace falta el 2012; en realidad, para esos tristes temas nos sobran años.
Una versión de este artículo se publicó en el periódico El Faro (ver aqui)
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