"Te contaré un secreto, algo que no se enseña en tu templo: los dioses nos envidian. Nos envidian porque somos mortales, porque cada instante nuestro podría ser el último, todo es más hermoso porque hay un final..." Aquiles, película Troya.
Felix
Baumgartner es un hombre valiente, creo que muy pocos tendríamos el valor de lanzarnos desde
40 kilómetros de altura y romper la velocidad del sonido en el descenso. Es más difícil conseguir la fuerza y el coraje para tal hazaña que obtener los fondos para construir una cápsula e inflar un globo estratosférico.
Esta
mañana mientras seguía el salto de Baumgartner le decía a una amiga quien es
aficionada al paracaidismo, que ese espíritu de alcanzar nuevas metas y lograr
aventuras no importando el riesgo es una actitud muy humana.
Casi siempre cuando reflexionamos en nosotros mismos nos tildamos de pecadores, impuros o destructores de la naturaleza, pero ante todos los males que podemos producir somos capaces de hacer arte, ciencia y enfrascarnos a las más locas aventuras posibles, lo hacemos con un extraño entusiasmo, con innata curiosidad y con espíritu épico que solo puede venir de nuestra condición humana.
Casi siempre cuando reflexionamos en nosotros mismos nos tildamos de pecadores, impuros o destructores de la naturaleza, pero ante todos los males que podemos producir somos capaces de hacer arte, ciencia y enfrascarnos a las más locas aventuras posibles, lo hacemos con un extraño entusiasmo, con innata curiosidad y con espíritu épico que solo puede venir de nuestra condición humana.
2 comments:
Me encanta tu post! estoy de acuerdo con tus razonamientos. Yo sigo impresionada con tal hazaña, con el coraje y la resistencia física que tiene, no cualquiera hubiera aterrizado vivo. Tu post está precioso.
Con seguridad, al inicio fue tildado de loco. Ahora es un personaje. La virtud de los héroes consiste en creer en sus propios sueños y evitar que los demás se los estropeen con sus comentarios.
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