Los de abajo, a los que nuestro PIB no nos permite enviar naves espaciales a otros mundos, tenemos que conformarnos con ver en la distancia.
En una de estas noches saturninas, nos llegaron al observatorio un grupo de cuarenta muchachos de un instituto de Zaragoza, La Libertad. Obvio, como todo mundo se deleitaron observando a Saturno. Todo bien y felices, hasta que en un momento un grupito de ellos corrió espantado jurando entre lágrimas que habían visto un fantasma.
"Era un bulto blanco que se movia por todo el observatorio" luego de aclararles varias veces que los fantasmas no existen y que de existir el último lugar donde visitarían sería en un observatorio astronómico -por que es un templo de la razón, nuestro paradigma positivo- se descubrió que el dichoso espectro del mal era Rigo, el hijo adolecente de la señora que nos cuida y limpia los salones. Rigo simplemente disfrutaba de la noche sentado en la pasarela de la cúpula, cuando unas chicas se acercaron y le preguntaron que hacía, cuando respondió que simplemente esperaba a su madre, ellas -dice Rigo- "salieron espantadas".
Estamos considerando colocar un castillo del terror en una de las terrazas de observación.
Estamos considerando colocar un castillo del terror en una de las terrazas de observación.
3 comments:
jajajaja me habria matado d la risa al ver a los niños ahi asustados con el fantasma, pero kizas creyeron eso despues d haber visto a saturno y ver q esa belleza es real, q es verdad q existe una cosa tan tan hermosa...pues al rato y por eso pensaron q tambien xsisten los fantasmas
lo peor que no eran niños, sino bichos como de 16 años, o sea, ya grandes pues.
Pero bien, Cheto Nuila cree que asustan todavía y tiene como cincuenta y tantos....
¡BU!
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