No me gustan los tiburones; de hecho, diría que les tengo pánico, la tan sola idea de un tiburón en el agua me asusta a tal punto que me lo pienso dos veces antes de meterme un par de metros al mar.
Años atrás, logré nadar con un snorkel sobre corales en una limpísima playa del mar puertoriqueño, logré aguantarme la idea de que voraces tiburones me asaltaban y me comían vivo, por obvias razones no pasó nada, los escualos no se presentaron y todo bien.
En los años setentas, Steven Spielberg presentó una de sus más interesantes películas "Mandibulas" (Jaws) que en latinoamerica le apodaron "Tiburón", la película se desarrolla muy bien, la banda musical es extraordinariamente buena y logró colocar en la cabeza del público un miedo irracional a estos grandes animales del mar (las continuaciones de tiburon fueron malísimas). Hace un tiempo leí el libro en el cual se basó Spielberg para su "Jaws", escrito por Peter Benchley, me leí el libro en uno de esos aburridos viajes de trabajo a EEUU, la historia es bastante parecida a la de Spielberg, pero parece que Benchley no entiende un comino sobre la vida de los seres marinos, no hace falta vivir en el mar, o ser biólogo marino para saber que el ecosistema marino es una maravilla, el libro coloca a los seres de mar casi como bolsas de carne, masas estúpidas y primitivas que muerden y destuyen todo a su paso, evidentemente condena a los tiburones, logrando una terrible imagen alrededor de ellos.
El fruto literario y artistico de Benchley y Spielberg se tradujo en una imagen negativa de los tiburones y se transformaron en la modernidad como los verdaderos moustros que se esconden en las profundidades para asaltar a cuanto bañista se les cruce.
Esta semana en México, en el estado de Guerrero, las autoridades de la playa Troncones realizaron una matanza de 11 tiburones; según ellos, para proteger a los turistas de los ataques. Hace unos días un joven gringo se internó en el mar y fue mordido por un tiburón, aparentemente el turista murió mientras lo llevaban al hospital, así que la autoridades colocaron sendas líneas de anzuelos y se dieron a la tarea de matar tiburones, logrando 11 animales muertos.
Toda una afrenta para el medio ambiente, les tengo miedo a los tiburones, pero tampoco... Yo estoy muy bien en tierra firme, cuando yo tomo la decisión de meterme al mar, me atengo a las consecuencias de las reglas del juego de la naturaleza. Más allá de la irracionalidad de temer a estos animales por una película, se encuentra la irracionalidad estúpida de matarlos con tal de mantener el turismo.
Aqui unos links de la noticia:
Cazan a tiburones por ataque a turista
Ambientalistas exigen alto a la matanza de Tiburones en Guerrero
Abajo pueden ver una imagen de la matanza en Guerrero, México.
En los años setentas, Steven Spielberg presentó una de sus más interesantes películas "Mandibulas" (Jaws) que en latinoamerica le apodaron "Tiburón", la película se desarrolla muy bien, la banda musical es extraordinariamente buena y logró colocar en la cabeza del público un miedo irracional a estos grandes animales del mar (las continuaciones de tiburon fueron malísimas). Hace un tiempo leí el libro en el cual se basó Spielberg para su "Jaws", escrito por Peter Benchley, me leí el libro en uno de esos aburridos viajes de trabajo a EEUU, la historia es bastante parecida a la de Spielberg, pero parece que Benchley no entiende un comino sobre la vida de los seres marinos, no hace falta vivir en el mar, o ser biólogo marino para saber que el ecosistema marino es una maravilla, el libro coloca a los seres de mar casi como bolsas de carne, masas estúpidas y primitivas que muerden y destuyen todo a su paso, evidentemente condena a los tiburones, logrando una terrible imagen alrededor de ellos.
El fruto literario y artistico de Benchley y Spielberg se tradujo en una imagen negativa de los tiburones y se transformaron en la modernidad como los verdaderos moustros que se esconden en las profundidades para asaltar a cuanto bañista se les cruce.
Esta semana en México, en el estado de Guerrero, las autoridades de la playa Troncones realizaron una matanza de 11 tiburones; según ellos, para proteger a los turistas de los ataques. Hace unos días un joven gringo se internó en el mar y fue mordido por un tiburón, aparentemente el turista murió mientras lo llevaban al hospital, así que la autoridades colocaron sendas líneas de anzuelos y se dieron a la tarea de matar tiburones, logrando 11 animales muertos.
Toda una afrenta para el medio ambiente, les tengo miedo a los tiburones, pero tampoco... Yo estoy muy bien en tierra firme, cuando yo tomo la decisión de meterme al mar, me atengo a las consecuencias de las reglas del juego de la naturaleza. Más allá de la irracionalidad de temer a estos animales por una película, se encuentra la irracionalidad estúpida de matarlos con tal de mantener el turismo.
Aqui unos links de la noticia:
Cazan a tiburones por ataque a turista
Ambientalistas exigen alto a la matanza de Tiburones en Guerrero
Abajo pueden ver una imagen de la matanza en Guerrero, México.
1 comment:
Yo tengo 2 temores a las aguas:
1-A la profundidad, sobre todo si es agua traslucida, ocacionado por el trauma de casi ahogarme en una piscina cuando niño.
2-A los tiburones, por el legado de "Tiburón" y la fotografía en una revista "Selecciones del Readers Digest" donde se veía una pequeña balsa y por debajo la sombra enorme de una Ballena-Tiburón, que mis hermanos mayores se encargaron de incrementar contando historias falsas e inculcar temores sin razón, que como buen niño me tomé en serio; por ello cuando veo a un adulto intentando ocacionar algún tipo de temor o tristiza a un niño le ofrezco, a semejante animal, a dejar en paz al niño.
Creo que los multiples temores con que lidiamos, la gran mayoria, los asimilamos en nuestros primeros años, miedo a la oscuridad, a estar solos, a algunos insectos o animales, a situaciones especificas... bueno, que si nuestros padres o personas adultas hubieran tenido un poco de sentido común en lugar de jugar con nuestros sentimientos, ahora disfrutariamos de una vida mas suelta en lugar de estar lidiando con estas cicatrices psicológicas.
Hasta luego Lucas...
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