Monday, November 29, 2010

Yayantique

Eventualmente, por motivos laborales tengo que salir de la oficina y visitar algunos poblados del interior del país, espero esas salidas como agua fresca, realmente me gusta el trabajo de campo, observar otros lugares y ver a la gente en sus actividades cotidianas, no por gusto soy antropólogo.
La semana recién pasada visité el pueblo de Yayantique, en el departamento de La Unión, un pequeño poblado de menos quince calles, en donde habitan alrededor de 7,000 habitantes. Un pueblo dormitorio, la mayoría de personas realizan labores agrícolas o en trabajan en algún oficio de servicio en San Miguel.
Yayantique vive la tranquilidad que le permite la distancia de las urbes, conserva sus tiendas en donde uno puede entrar y comprar un artículo sin la presencia de barrotes que dejan fuera al consumidor o un guardia que siempre vigile, las calles lucen limpias y tranquilas, el servicio de buses se resumen en dos llegadas y dos salidas en el día, en un turno matutino y otro vespertino.
El nombre Yayantique viene del potón que significa “Cerro de los capulines”, Yayan significa Capulín y Tique, cerro. El Capulín es un árbol de baja altura que presenta un fruto pequeño de color rojo o purpura, cuyo nombre científico es Prunus virginiana, es famoso por que dicho fruto es muy codiciado por los pájaros y los murciélagos.

Contradicción, en el parque central no hay ni un árbol de capulín, observé que contiguo a la alcaldía un vecino tiene plantado uno en su jardín de su fachada, pero el gobierno local no hace mucho para hacerle honor al nombre del poblado, para decirles que en el centro del parque se ha colocado  una estatua del Manneken Pis, el principal símbolo de la ciudad de Bruselas, se trata de la famosísima  imagen de un niño orinando, no veo motivo para colocar en el centro de Yayantique a un símbolo belga, probablemente le pareció jocosa la idea al alcalde y terminaron colocaron al Manneken Pis en el parque central.
El pueblo se encuentra enclavado en la cima de un cerro, con ello evita las terribles temperaturas que se sufre valle abajo; sin embargo, en los días calurosos ni Yayantique se salva, el calor puede reptar por deforestadas laderas de la colina y alcanzar al pueblo, aun así es posible refrescarse con alguna brisa que baja del norte. Aparte de un clima relativamente fresco, la altura permite una agradable vista al valle donde se encuentra San Miguel, con su gigantesco volcán Chaparrastique, que termina siendo el punto de ubicación en todo oriente.

La gente de Yayantique es sencilla y hospitalaria, tan solo posee dos cafetines en el centro del pueblo, una farmacia y cuatro tiendas de variedades que logran surtir de lo necesario a la población. La iglesia católica dedicada a la Virgen de Candelaria se encuentra ubicada frente al parque central,  no posee fecha específica de su construcción y la gente local lo ignora, probablemente fue erigida en su forma actual durante el siglo XIX (Las crónicas de Cortez y Larraz indican que la iglesia en 1770 era un sencillo xacal, rancho de paja), la construcción ha sufrido una serie de cambios durante los últimos años, fue pintada el año pasado, y lo hicieron con un encendido color amarillo, tomando en cuenta la enfermiza necedad de los salvadoreños en pintar sus iglesias de “blanco colonial”, es de aplaudir que se salgan del color “correcto” y variar un poco, las iglesias siempre tuvieron colores vivos (rojos, azules, morados, verdes y amarillos), pero en algún momento del siglo XX se les ocurrió blanquearlas, ahora los salvadoreños están tan convencidos que el color “colonial” debe de ser blanco, no más!.  Es tan fácil darse una vuelta por Guatemala y México en sus pueblos tradicionales para darnos cuenta que el verdadero color de los templos es cualquier otro menos el blanco.



Es un pueblo pequeño, tan solo tiene cuatro escuelas, pero posee dos cantinas que vendrían a ser el pelo en la sopa, el Ministerio de Seguridad Pública considera que el índice de alcoholismo en Yayantique es alto, aunque para ser sincero no observé ningún “bolito” dormido en la cuneta como es costumbre; de hecho, los pobladores parecían muy tranquilos de pasar el día en las calles del pueblo, donde también es común ver una buena cantidad de perros durmiendo en la sombra de los árboles.
Se dice que hay una cueva llamada Culquinte en los alrededores en donde hay arte rupestre, lamentablemente la misión por la cual visité Yayantique no era etnográfica ni arqueológica así que no pude cerciorarme, es de regresar otro día y explorarla, el problema es el acceso, la calle de tierra va de mal a peor, es necesario usar un vehículo que pueda sortear las rocas del camino para llegar; pero después de todo, quizás esa lejanía y la dificultad de llegar es lo que mantiene al pueblo en una relativa paz, viviendo un idílico pasado.





Mapa de Google Maps de Yayantique



Ver mapa más grande

2 comments:

Walterio said...

He realizado alrededor de 4 jornadas a Culquinte y al parecer la parte de la cueva donde estaban los detalles decorativos colapso, existe una especie de acantilado llamado el Ratón que tiene también relación con Culquinte, hay zonas que no se han explotado en lo que respecta a los vestigios prehispánicos, la gente del pueblo casi no le importa, tampoco existe casa de la cultura. Hay otro significado de Yayantique. Pregunta en tu próximo periplo en la unidad de salud

Anonymous said...

Por estos días me he interesado mucho en esta región de mi país. Ojalá puedas hacer un próximo viaje como lo decías en el artículo, y eso del arte rupestre es de lo más interesante, como según he oído también existe en el cercano municipio de Bolivar