Saturday, June 5, 2010

África mía


Se los diré así de simple: 120 años de antropología no han servido de nada para que la gente –a nivel global- tenga un concepto real de África.
Existe una película de Sydney Pollack llamada “África mía” (1985) con Meryl Streep y Robert Redford, la película es entretenida y cuenta la historia de una mujer que tiene una plantación en África, la cual es el centro de su angustia cuando sus siembras no rinden lo deseado. Parte de la historia es la lucha para no reubicar a un pueblo que esta instalado en las tierras de la protagonista, mejor dicho, en las tierras que la protagonistas fue a instalar sobre los nativos, en el film Pollack tiene tiempo para hacer un paréntesis de lo políticamente correcto.
La película también presenta un elemento romántico; de hecho, podríamos decir que es de lo principal, se habla de un matrimonio fracasado y la aventura cuando la mujer establece una relación con el personaje que interpreta Robert Redford, el cual es un piloto aviador. Como suele suceder con los pilotos, Robert Redford tiene un accidente aéreo al final de la película y caput!, se muere. La película tiene cualquier tipo de clichés sobre África, es una historia de europeos en mundo que nunca entienden, los personajes africanos nativos son secundarios, aparecen para llenar el fondo, y ser la excusa para darle cierto contenido social a la cinta. Desde nuestra posición americana o europea nos es difícil dibujar la otredad africana sin caer en la simpleza o en la exhaustiva repetición de conceptos equivocados.
Con el mundial ha sido el acabose, al menos la producción de Pollack es estéticamente agradable, las producciones mundialistas rayan en lo chusco, la medalla de oro con la más infame realización mediática se lo lleva el video de nuestra querida mega ultra estrella Shakira con su insoportable “Waka Waka”, que nos conduce de la mano a uno de las peores representaciones de lo que la colectividad global considera “lo africano”.
Desde los no muy lejanos años de Evans-Pritchard nos comenzamos a dar cuenta que África es un amplio complejo cultural, más sorprendente que una banda de “negros” con lanzas que nos buscan para matarnos y colgar nuestra cabezas, que lo “negro” no es realmente el elemento principal de África, siendo que la raza no existe como aspecto biológico, sino que es una construcción cultural y social, el que Shakira se embadurne betún negro en la panza y los brazos y mueva sus caderas como es su costumbre es un verdadero insulto cultural y antropológico.
Se los digo, en África hay casas, edificios y automóviles, hay mundos urbanos y rurales, hay campesinos, electricistas, hombres de negocios y computadoras, hay selvas, bosques, desiertos, montañas y volcanes, la gente no vive en los arboles, ni anda en taparrabos todo el tiempo, la gran mayoría de africanos no saben usar lanzas, ni tienen que cazar para comer. Es cierto, algunos los hacen, hay naciones muy pequeñas con su propio idioma y su cultura, que su cotidianidad la manejan en una relación “cara a cara”, son sociedades simples que en los últimos 60 años han visto como estados modernos han cambiado su milenario modo de vida. ¿Les molesta cuando los gringos pintan a los países latinoamericanos con ranchos, gallinas y vacas en todos lados?, ese cliché, que nos incomoda del “south of the border” sucede exactamente con África.
Piénselo.

Saturday, May 29, 2010

Rita María Roesch: S.O.S. desde El Mirador

El artículo de hoy lo escribo con mucha pena. Es una voz de alarma. Me refiero al peligro en que se encuentra la Cuenca Mirador, al noroeste de Tikal, dentro de la Reserva de la Biosfera Maya, a 160 kilómetros de la isla de Flores, en Petén. La Cuenca Mirador cuenta con incalculables e invaluables tesoros naturales y culturales. Todo está en peligro de vida o muerte. No exagero.

Desde hace años peligra su bosque tropical, su magnífica biodiversidad, como también las decenas de milenarias ciudades mayas, debido a los incendios, a la caza ilegal, a la tala inmoderada, a los narcos, a los saqueadores de piezas mayas. Estos criminales son una plaga. Son como la marabunta, esas temibles hormigas que viven en las selvas de Petén y que arrasan por donde pasan.

Desde hace años el Dr. Richard Hansen, director del proyecto Cuenca Mirador y sus colegas, han dado la voz de alarma: “S.O.S. aquí desde Cuenca Mirador. ¿Nos escuchan?”, agregó el Clarinero. Me da la impresión de que su angustioso llamado no lo hemos querido escuchar la mayoría de los guatemaltecos. Su intención es preservar el bosque y los sitios arqueológicos para las generaciones del futuro.

Conversé con Hansen. Me mostró las fotografías de la NASA, que señalan los incendios en la Biosfera Maya. ¡Da horror! Esas fotos me hicieron pensar en la Cuenca Mirador como si fuera la proa de un barco que trata de abrirse paso entre un mar de fuego. Si los incendios, los narcos, los madereros, los saqueadores de piezas continúan haciendo de las suyas acabarán con la Cuenca y con todo el territorio de Petén en poco tiempo. ¿Pero cómo salvar la Cuenca Mirador? De acuerdo a Hansen, la primera medida de emergencia para evitar esa catástrofe sería declarar la Cuenca como una Zona Silvestre. Es vital impedir la construcción de carreteras. Son como un “beso de la muerte”, me dijo. Claro, respondí, una carretera rompe los ecosistemas frágiles de nuestras selvas. Permiten la avalancha de vehículos, gente, contaminación. En el 2008, el presidente Álvaro Colom presentó el proyecto Cuatro Balam. La zona norte de Petén, donde se encuentra la Cuenca, sería declarada como un parque, pero ese plan se esfumó.

Si el Gobierno declarara la Cuenca Mirador como Zona Silvestre, daría un paso serio que demostraría su compromiso para salvar la vida de todo lo que existe en la región. Esa medida generaría la confianza para que los estudiosos siguieran con sus proyectos en los sitios arqueológicos. Sería más fácil atraer fondos extranjeros para impulsar el desarrollo en las comunidades del área. Se promovería el incentivo de alquilar los árboles, en lugar de talarlos, para la venta de carbono. Se trabajaría con más celeridad un plan de turismo de bajo impacto, dirigido a los visitantes que buscan reconectarse con la naturaleza y aprender sobre el legado del maya antiguo.

Hansen se mostró muy entusiasmado cuando me contó sobre un tren ecológico que se utilizaría para conducir a los visitantes por las ciudades secretas asentadas en esta increíble región. “Es la forma más barata, más silenciosa, más limpia que existe”, añadió.

En la mentalidad maya los ciclos históricos se repiten. Si ahora, en el siglo XXI los guatemaltecos rescatamos la Cuenca Mirador, tendremos la oportunidad de volver a transformar nuestra propia historia, como una vez los hicimos, hace más de dos mil años, en la gran ciudad de El Mirador. El viernes siguiente me referiré a ese monumental sitio arqueológico.

extraído de Prensa Libre

Monday, April 5, 2010

Y la guerra comenzó


Desde ahí todo fue cuesta abajo, la guerra se intensificó, el típico sonido de balazos y bombas comenzaba a formar parte de la normalidad, a tal punto que mi familia optó por colocarle cinta adhesiva a todas las ventanas, era mejor tener vidrios rotos en el lugar que verlos saltar por los aires. De 1980 a 1983 todos los comercios alrededor de nuestra casa fueron atacados por bombas de los Comandos Urbanos, vivíamos entonces en una zona comercial, los únicos vecinos que teníamos era una familia que cuidaba una bodega frente a nosotros, la casa era enorme, construida en 1953 luego que mi familia saliera de Jucuapa producto de un terremoto que devastó esa ciudad, mi bisabuelo había encargado la construcción de una enorme casa, con 9 habitaciones y paredes extraordinariamente resistentes. Cuando comenzó a construirse la casa, alrededor eran predios baldíos, por alguna razón –para entonces yo no había nacido- fueron comercios los que terminaron por instalarse, la casa era tan grande que había espacio para todos, incluyendo a mi familia nuclear (mi padre y mi madre) y mi familia extendida (abuela, tías abuelas, y los dos hermanos de mi mamá, una tía y un tío, todos del lado materno) y tres grandes patios, yo era un niño en un mundo de adultos.
Al menos nunca llegó el ejército a realizar un cateo, y generalmente nunca tuvimos una falla eléctrica demasiado grave, a pesar que la guerrilla voló todos los postes de la cuadra, los equipos de la compañía eléctrica los levantaban en pocas horas, principalmente por que en la cercanía se ubicaba el Hospital Militar y necesitaban energía.
Pero mi abuela pasaba contando los días que los soldados tocarían a la puerta, llegó a tal su angustia que un día dispuso quemar todos los artículos “subversivos” que mi Tío Nelson –entonces de menos de 23 años- había colgado en su habitación. Fueron a la hoguera sus posters del Che Guevara, Fidel Castro, la revolución cubana y luego el fuego justiciero también agregó imágenes de Queen, Santana, Led Zeppelin, etc… Cualquier foto, recorte o poster de cualquier peludo o barbudo que para el criterio de mi abuelita representaban algún resquicio rebeldía.
Los quemamos, por que ayudé encantado, haciendo valer el potencial pirómano que todo niño posee, hicimos una pira; tal cual hizo hacía tantos siglos Fray de Diego de Landa con los códices mayas en Yucatán, y les dimos fuego consumiendolo todo; luego, para no dejar rastros, revolvimos la ceniza con tierra negra y la cubrimos, le colocamos unos ladrillos encima, no vaya a ser que los soldados hipotéticos luego preguntaran, ¿Qué cosa es esa mancha gris? Y mi abuela se quedara pálida y sin respuestas.
Mi Tío Nelson no estaba, había salido como de costumbre, cuando regresó y se dio cuenta del desenfreno paranoico de mi abuela, estalló furioso por las paredes desudas de su cuarto, el aliento acre de licor se hizo sentir, en esa época su alcoholismo comenzaba a emerger con más fuerza, a pesar que la guerra se hacía más cruenta, la vida continuaba, ni las balas, ni las bombas, los militares o los guerrilleros lograron medrar su necesidad por la bebida, un vicio que lo llevó a su muerte, veinte años después, mientras se lavaba las manos.

Lo que recuerdo del funeral de Moseñor Romero



Voy en una camioneta Toyota Corolla de 1971, de color vino, mi padre conduce, bajamos por la Calle Arce en dirección al centro de San Salvador, al contrario de hoy en día, dicha calle era de dos sentidos, habían algunos vehículos estacionados a los costados, un buen número de personas se dirigen al centro, era el 30 de marzo de 1980, domingo.

Hacía pocos días habían asesinado a Monseñor Romero, no recuerdo esa fecha, se me ha borrado completamente de la mente, solo tengo memoria que la noche del asesinato mi familia vio la nota periodistica en Teleprensa -en ese entonces en canal 2- narrado por Guillermo De León.

Desde el dia de la muerte de Monseñor hasta el Domingo 30 de marzo había pasado casi una semana, y el ambiente cada vez era más tenso, El Salvador se empinaba hacia una guerra civil que duraría 12 años, todos sabíamos que la violencia no se detenía, incluso yo, para entonces un niño.

Aunque me pasaba la mayor parte del día jugando, me atacaba la ansiedad al escuchar las bombas y disparos en la cercanía , la casa de mis abuelas, en pleno centro, se convirtió en una isla que en ocasiones era rodeada del caos y la violencia, cuando leí el Diario de Ana Frank, me sentí reflejado en la calma y seguridad que ella sentia en su refugio, una calma que en cualquier momento podría romperse, ese mismo sentimiento me embargó durante la primera mitad de los años ochenta.

Bajábamos la Calle Arce en la camioneta, casi frente a la Basílica del Sagrado Corazón, vimos el humo del primer estallido de la primera bomba con la cual inició toda la calamidad del funeral de Monseñor Romero. Se dice que un grupo de hombres armados disparó indiscriminadamente contra miles de personas que se había reunido frente a la Catedral de San Salvador para rendir honores a Monseñor. Los disparos, que venían del techo del Palacio Nacional fueron acompañados por bombas que agobiaron a la multitud, un mar de gente trataba de salir de la Plaza Barrios, muchos murieron a causa de los golpes y disparos, yo con mi padre, nos encontrábamos a pocas cuadras de ahí.

Cuando la bomba explotó, todas las personas que caminaban en las aceras de la Calle Arce comenzaron a correr, mi padre entonces hizo girar en U a la camioneta y regresamos a toda velocidad a la casa de mi abuela, ubicada en las cercanías, los disparos y las explosiones se hicieron potentes, la balacera parecía durar una eternidad.

Recuerdo el ajetreo de la familia, el sintonizar la radio YSKL y la Banda Ciudadana donde se comentaba a detalle, había tensión y miedo, mi abuela y mis tías abuelas estaban nerviosas, con mi tía Ivonne fuimos al fondo de la casa a escuchar las balas, a pocas cuadras de ahí se estaba llevando a cabo uno de los eventos más violentos de los últimos tiempos en El Salvador.

Por algún motivo, salimos a la calle a ver a la multitud de personas que subían lentamente del centro de la ciudad, mi abuela sacó un termo y repartió algunos vasos de agua a la gente, yo estaba con ella, cuando frente a mi, paso un hombre cargando una revolver que me pareció extremadamente gigantesco.

Creo que esa noche se escucharon algunas bombas en distintos lugares de la ciudad, apagamos las luces o cortaron el servicio eléctrico, no lo recuerdo, lo que si tengo memoria es que dormí con miedo.

Ahí comenzó todo.


Tuesday, March 23, 2010

Así matamos a Monseñor Romero


Carlos Dada director del periódico El Faro, nos regala uno de los mejores trabajos periodísticos de los últimos tiempos en El Salvador. En ocasión de los 30 años de la muerte de Monseñor Romero, Dada entrevista a los implicados en el asesinato de este hombre que marcó un antes y un después en la historia nacional:

El mayor D´Aubuisson fue parte de la conspiración para asesinar a monseñor Romero, aunque el tirador lo puso un hijo del ex presidente Molina, dice el capitán Álvaro Saravia. 30 años después, él y otros de los involucrados reconstruyen aquellos días de tráfico de armas, de cocaína y de secuestros. Caído en desgracia, Saravia ha sido repartidor de pizzas, vendedor de carros usados y lavador de narcodinero. Ahora arde en el infierno que ayudó a prender aquellos días cuando matar "comunistas" era un deporte.
Toda la nota CLICK AQUI

Wednesday, March 17, 2010

SE ESTA DESTRUYENDO EL SITIO ARQUEOLOGICO CIHUATAN!!!

Este día la Fundación Arqueológica FUNDAR, hizo pública la destrucción de varias estructuras del sitio arqueológico Cihuatán.
Toda la información aqui: DESTRUCCION DE CIHUATAN

Wednesday, February 17, 2010

La narrativa transmediática del 2012

Alguien, en algún momento se le ocurrió la graciosa idea de que el mundo acabará en el año 2012.
De 1999 al 2000 dijeron lo mismo, entonces condimentado con el problema Y2K, la cosa parecía intensa, en ese entonces todas las computadoras se les hizo una carga de un programa para que automáticamente no se restearan el 1 de enero de 2000 y amanecieran en el año 1900, perdiendo con ello todo sus datos.
Los que recordamos esa fecha, vimos durante todo 1999 a empleados de los departamentos de informática trabajar con cada computadora a modo que sobreviviera al cambio de 99 a 00, a cada una le colocaron una calcomanía, “Y2K ok”, pero una cosa es el correcto funcionamiento de una PC y otra es que ocurriera el tan ansiado y esperado apocalipsis.
No paso nada en el año 2000, no llego un enorme planeta gigante a destruirnos el 11 de agosto de 1999 como se decía, no apareció el Nibiru o el Hercólubus, tampoco se destruyó la tierra durante la alineación planetaria en los ochentas, etc.
Para el 2000 yo estaba en Nueva York y vi el amanecer del 1 de enero entre los edificios, me dio un poco de gracia, de haber ocurrido algo, debió de haber pasado en NYC, como en las películas, sobreviví entonces.
Pero por alguna razón, a pesar de las profecías fracasadas, seguimos pensando aun más en el fin de la humanidad, ahora se ha vuelto una mercancía, algo que se vende bien, en una de nuestras ventanas globales –la televisión- las empresas se han dado cuenta que mientras más se hable del fin del mundo en el 2012, el rating aumenta.
En un anterior post publiqué un poco sobre el famoso fin de la cuenta larga del baktún de los mayas (ver aquí), y se han escrito muchísimas páginas sobre ello. FAMSI, La Fundación para el Avance de los Estudios Mesoamericanos, tiene una amplia sección explicando correctamente lo del 2012 (ver aqui). Pero desde un punto de vista circense, la ciencia no viene al caso. Se ha llegado al extremo que un canal de cable ha dispuesto a presentar un nuevo programa, un reciclado apocalíptico llamado “El efecto Nostradamus”, ahora resulta que Miguel de Nostradamus, tiene participación en el 2012.
El 21 de diciembre de 2012 se ha vuelto un programa transmediático, (quiere decir que el mismo tema aparece en revistas, cine, internet, periódicos, televisión abierta y cable). Hay tres canales que han monopolizando el discurso global del fin de los tiempos, me refiero al Discovery, el Natgeo y el History. Desde “el día después que hayamos desaparecido” donde se habla que pasará cuando la humanidad desaparezca hasta programas alarmistas sobre el calentamiento global, impactos cometarios, caídas de agujeros negros o explosiones gamma en las vecindades de la tierra, y claro, los documentales de la profecía maya del 2012.
Podríamos preguntarnos, ¿Cuál es el interés de estarnos bombardeando con la idea del fin del mundo en el 2012?, hay de todo, desde que los ejecutivos de dichos canales son estúpidos, que el público es poco educado y gusta de esos programas, hasta que estos shows se venden bien, en busca del rating.
Pero también; puede ser -siendo un poco paranoico y jugando a la conspiración-, que hay algo más economicista detrás de Nostradamus, los mayas apocalípticos y el 2012. Podríamos sugerir que la idea de un NO mañana implica entre otras cosas ser más distendidos en nuestra forma de vivir, eso lo vemos cada navidad, el mejor aliado del consumo es no pensar en mañana, “compre hoy y pague mañana” y si no hay mañana, de que me aflijo?, “compre sin remordimientos”. Eslogan que pueden terminar induciendo a una simple tendencia en el consumidor, algo así como una vocecita que nos empuja en el momento de tomar una decisión de compra, aunque si lo que voy a comprar es un dulce o un yate.
Decidir si compro algo es algo bastante subjetivo, hay especialistas que se dedican a desentrañar la cabeza de la gente para entender por que una persona comprar tal o cual pantalón, o tal o cual teléfono celular. Obvio decir, que también hay especialistas que estudian maneras para “sugerirnos” la mejor forma de gastar nuestro dinero, dicha sugerencia pasa por técnicas de manejo de mercados masivos o globales, en ocasiones aplican al cinismo o al picardía para vender.
En los últimos años del primer milenio aparecieron los milenaristas, eran un grupo heterogéneo de cristianos europeos que consideraban que la segunda venida de Cristo tenía que ser en el año 1000, en ese entonces la gente dormía, comía, vestía y vivía, bajo conceptos religiosos. En la actualidad reemplazamos la religión por la economía, así que la narrativa del apocalipsis entona con un interés económico. De la misma forma que los milenaristas marchaban de ciudad en ciudad, anunciando el fin de los tiempos; ahora, el transmedia lo hace en las pantallas de todo el mundo con el 2012.
El consumo está ligado a lo emotivo, no es de gratis que en 2008-2009 los años de depresión económica, cuando miles perdieron empleos, Coca Cola comenzó a vender felicidad en cada botella. En este mundo global, donde el ciudadano se vuelve más internacional y los valores son replicados de uno a otro lado, hibridados y sincretizados, el 2012 se vuelve más popular, tomando en cuenta que tenemos un bombardeo de 24/7 del mismo tema, una y otra vez nos recrean en la pantalla el fin de todo, con efectos especiales con alta definición y buen sonido Surround.
¿Qué sucederá el 22 de diciembre de 2012?, ¿cuando despertemos vivitos y coleando y encendamos el televisor?: Pues nada, el continum de ficción apocalíptica televisiva da para eso, el público vive en un sueño de conciencia cero, y estos canales harán lo que siempre han hecho, a un anuncio y otro programa, el show tiene que continuar…