Los inmigrantes presentan un índice de delincuencia mucho menor que los nacidos en los Estados Unidos, según un informe que publicó el Instituto de Política Pública de California (PPIC, en inglés).
Las bajas tasas de encarcelamiento entre los adultos nacidos en el exterior sugieren que el temor sobre el riesgo que los inmigrantes representan para la seguridad pública es injustificado, resaltó la investigación.
"Esto refuerza lo que hemos dicho con anterioridad y es que, los inmigrantes vienen a Estados Unidos a trabajar y tratan de vivir -dentro de la ley- vidas productivas, esforzándose para mejorar sus familias y sus comunidades", aseguró a Efe Jorge Mario Cabrera portavoz de la Alianza Nacional de Comunidades Latino Americanas y Caribeñas (NALACC, en inglés).
El reporte "Crimen, Correcciones y California: Qué Tiene que Ver la Inmigración con Ello", señaló que aunque la población nacida fuera de los Estados Unidos representa un 35 por ciento de los adultos de California, solo suma 17 por ciento de la población carcelaria estatal.
"Es necesario desmitificar la errónea creencia de que los inmigrantes están haciendo daño al país y a las comunidades donde viven", manifestó el activista de NALACC.
Los adultos nacidos en EE.UU. que están encarcelados en prisiones estatales de California son 3,3 veces más que los extranjeros, aseguró el informe, mientras que entre los hombres en edades entre 18 y 40 años -el grupo más propenso a cometer crímenes- los nacidos en Estados Unidos son 10 veces más dados que los inmigrantes a ser privados de la libertad.
Aunque los inmigrantes en general tienen menos nivel de educación que los nacidos en el país -un indicador asociado con la delincuencia- sus índices de encarcelamiento son mucho menores, resaltó la investigación.
"Nuestra investigación indica que limitar la inmigración, requerir altos niveles educativos para obtener visas o gastar más dinero para aumentar las penas contra la los delincuentes inmigrantes tendrán muy poco impacto en la seguridad pública", afirmó Kristin Butcher, coautora del informe.
Con respecto a la nacionalidad, el informe señaló que los inmigrantes mexicanos, hombres, entre 18 y 40 años, son más de ocho veces menos dados que los hombres estadounidenses del mismo grupo de edades a estar en una correccional.
"Los inmigrantes puedan afectar la seguridad pública de otras formas que la participación directa en la delincuencia", afirmó la investigación. "Por ejemplo, los inmigrantes pueden inducir más actividad criminal dentro de los nacidos en los EE.UU. al desplazar sus oportunidades de trabajo".
"Otro aspecto social: el impacto que tiene esta sociedad en los inmigrantes de segunda o tercera generación", comentó Cabrera y señaló que hay estudios que indican que los hijos de inmigrantes tienden a cometer crímenes violentes 11 veces más que los inmigrantes recién llegados.
"Tenemos que cuestionar el impacto de esta sociedad en que vivimos y sus valores culturales, así como el intento tan obstinado de algunos políticos para que nos asimilemos a esta cultura, sin cuestionar qué valores se viven dentro de ella", señaló el activista.
En otro punto del informe, se resalta que las ciudades con mayor índice de adultos inmigrantes jóvenes presentan menos niveles de delincuencia que las ciudades con menores habitantes de ese tipo y la diferencia se hace todavía mayor, cuando se incluyen los delitos violentos.
La investigación concluyó que las políticas de reforma migratoria deben tomar en cuenta muchos factores más adicionales a los temas de seguridad pública.
"En particular desde el punto de vista de seguridad pública, hay muy pocos motivos para limitar la inmigración en el futuro, favorecer la entrada de inmigrantes con alta capacitación o incrementar las penas contra los inmigrantes criminales", concluyó el informe.
"Es necesario desmitificar la errónea creencia de que los inmigrantes están haciendo daño al país y a las comunidades donde viven", manifestó el activista de NALACC.
Los adultos nacidos en EE.UU. que están encarcelados en prisiones estatales de California son 3,3 veces más que los extranjeros, aseguró el informe, mientras que entre los hombres en edades entre 18 y 40 años -el grupo más propenso a cometer crímenes- los nacidos en Estados Unidos son 10 veces más dados que los inmigrantes a ser privados de la libertad.
Aunque los inmigrantes en general tienen menos nivel de educación que los nacidos en el país -un indicador asociado con la delincuencia- sus índices de encarcelamiento son mucho menores, resaltó la investigación.
"Nuestra investigación indica que limitar la inmigración, requerir altos niveles educativos para obtener visas o gastar más dinero para aumentar las penas contra la los delincuentes inmigrantes tendrán muy poco impacto en la seguridad pública", afirmó Kristin Butcher, coautora del informe.
Con respecto a la nacionalidad, el informe señaló que los inmigrantes mexicanos, hombres, entre 18 y 40 años, son más de ocho veces menos dados que los hombres estadounidenses del mismo grupo de edades a estar en una correccional.
"Los inmigrantes puedan afectar la seguridad pública de otras formas que la participación directa en la delincuencia", afirmó la investigación. "Por ejemplo, los inmigrantes pueden inducir más actividad criminal dentro de los nacidos en los EE.UU. al desplazar sus oportunidades de trabajo".
"Otro aspecto social: el impacto que tiene esta sociedad en los inmigrantes de segunda o tercera generación", comentó Cabrera y señaló que hay estudios que indican que los hijos de inmigrantes tienden a cometer crímenes violentes 11 veces más que los inmigrantes recién llegados.
"Tenemos que cuestionar el impacto de esta sociedad en que vivimos y sus valores culturales, así como el intento tan obstinado de algunos políticos para que nos asimilemos a esta cultura, sin cuestionar qué valores se viven dentro de ella", señaló el activista.
En otro punto del informe, se resalta que las ciudades con mayor índice de adultos inmigrantes jóvenes presentan menos niveles de delincuencia que las ciudades con menores habitantes de ese tipo y la diferencia se hace todavía mayor, cuando se incluyen los delitos violentos.
La investigación concluyó que las políticas de reforma migratoria deben tomar en cuenta muchos factores más adicionales a los temas de seguridad pública.
"En particular desde el punto de vista de seguridad pública, hay muy pocos motivos para limitar la inmigración en el futuro, favorecer la entrada de inmigrantes con alta capacitación o incrementar las penas contra los inmigrantes criminales", concluyó el informe.
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